ESPECIAL IRON MAIDEN: UN RESPIRO PLAGADO DE CAMBIOS
Fecha Viernes, 17 de Mayo del 2019 (1:21:17)
Tema Novedades


Pocos discos dentro del entorno más heavy, han dado tanto que hablar como en su día lo hizo No Prayer for the Dying, un trabajo infravalorado y prácticamente olvidado por los propios fans. Y yo pregunto una cosa; si Harris sigue sintiéndose orgulloso de él...¿por qué tanto revuelo?. Os invito a leer el artículo, en el que os damos una visión probablemente diferente a la que tenías del supuesto garbanzo negro de Iron Maiden...








Adrian Smith dijo adiós a Iron Maiden y el mundo metálico se sorprendió de tal cambio en el seno de Iron Maiden. Pero el análisis de la situación sobra, pues Adrian, uno de los pilares compositivos de los británicos, autor de temazos como "Wasted Years", ya estaba flirteando con el hard rock/AOR en A.S.A.P., justo después de terminar el Seventh Tour, editando un gran disco, por cierto. Fue durante la grabación de Tattoed Millionaire, primer disco solista de Bruce Dickinson, cuando Janick Gers (ex-White Spirit, Gillan y otros), era invitado a suplir a Smith en el line-up, de modo que la parte más melódica de Iron Maiden perdía uno de los mejores compositores de la historia del heavy metal, para dar cabida a un loco de las seis cuerdas, que más que técnica y composición, aportaba fuerza, espectáculo y un sonido mucho más afilado y desgañitado...¿cómo saldría el experimento?. El resultado fue un criticado No Prayer for the Dying, que desde que salió a la venta en octubre del 90, no ha dejado de crear un división de opiniones entre los fans del grupo, aunque quien escribe lo ve y disfruta como un disco que baja el listón, por supuesto, respecto a los anteriores, pero que no es para nada un trabajo olvidable, sino más bien de notable alto. Pero claro...venir de editar zambombazos como Powerslave, Somewhere in Time o The Number of the Beast, supone que en algún momento de tu carrera, tras siete clásicos del género, llegase el momento de dejar la brillantez absoluta, para agarrarse a la buena música sin más, alejados de conceptos complejos, dejándonos un álbum mucho más directo, menos elaborado, pero con enormes momentos maidenescos, como no podía ser de otro modo.

Se dice que Steve Harris incluso pensó en incluir público en la mezcla final, para darle sensación de directo a la escucha, aunque la idea era tan descabellada que Martin Birch debió abrirle los ojos a Harris, mezclándolo a la vieja usanza, como cualquier trabajo anterior...¡menos mal!. De haber sido cierto el rumor, y haber cedido Martin, el asunto creo que hubiese sido bien diferente. El caso es que la colección de canciones que se despacha No Prayer for the Dying no es, ni mucho menos, desechable, siempre arropadas por la última portada para un trabajo de estudio de la Doncella, realizada por Derek Riggs al completo, y también potente en su primera encarnación (pues la de la reedición del 98 pierde toda la fuerza con el cambio de colores y ausencia del humano que agarra por el cuello Eddie...menos mal que para la nueva edición de 2019 se rescata el arte original), pues la del siguiente, Fear of the Dark, ya no sería creada por él, algo que sí ocurrió después en los discos en vivo A Real Live One y A Real Dead One. "Tailgunner" es el testimonio de que había más agresividad, menos producción, cero experimentos y un estribillo a la yugular. El tema me encanta en todos los sentidos, echándose quizá en falta el componente más melódico siempre aportado por Adrian, aunque los locos solos de guitarra de Gers adquiriesen gran protagonismo, y la base rítmica Nicko/Harris sea tan infalible como siempre. También se nota cierto toque más macarra durante ciertos pasajes del disco, en la voz de un Dickinson muy metido en el hard rock tras su disco debut solista.

"Holy Smoke", tanto en su versión audio como videoclip, representan fielmente la sencillez que la banda buscaba en aquel momento tras un atracón de pomposidad y éxitos, pues podemos ver a una formación de rock disfrutando con lo que hace, y marcándose un tema nada usual en el sonido Maiden más puro. Festivo, instrumentalmente sencillo y cargado de buen rollo. Sin embargo, la propia "No Prayer for the Dying" marcaría un camino más asentado en medios tiempos, que más tarde desembocaría en temazos como "Afraid to Shoot Strangers" de su siguiente álbum, sin llegar al nivel de grandilocuencia de este, por supuesto. Otros cortes como "Public Enema Number One", sin embargo, son la versión descafeinada de lo logrado en el trabajo del 88, justo dos años atrás, sin conseguir ni la épica, ni el punch de aquellos. Aún así, el estribillo es destacable, y el tema es mejor que varios discos actuales juntos. Ahí queda eso.

Hay tres canciones brillantes todavía en el segundo tramo del disco, como lo son la agresiva "The Assassin", una de mis favoritas del álbum, o "Mother Russia", cuyo riff y componente más oscuro siempre me llamó la atención, siendo "Bring Your Daughter To The Slaughter", la única que rescatan a día de hoy en según qué gira, y que, curiosamente, es la única que no fue escrita principalmente para Iron Maiden. Otros tracks como "Fates Warning", "Run Silent Run Deep" o la rockera "Hooks in You", no son para nada malas composiciones, ni las típicas canciones que pasarías por alto en la escucha del disco, aunque se quedaron en meras anécdotas para la historia de la banda, a pesar de no faltarles calidad. No estaría de más el rescate de alguna de ellas en alguna de sus extensas giras...pues quien sabe. A lo mejor ya no soy el único loco que piensa que el No Prayer no es el auténtico desastre que muchos gritaron a los cuatro vientos en su día. Y lo dice uno que lo escuchó en vinilo en el año 92 aproximadamente, conociendo toda la discografía previa, y estuvo enganchado a él sin hacer tanto caso a la crítica como muchos otros si harían.

El atrezzo de la gira, por supuesto, fue mucho más discreto que de tours anteriores, sin tanta parafernalia, dejándonos ver que Iron Maiden eran humanos, y no una máquina de hacer discos clásicos, uno tras otro, como churros, que yo creo sinceramente, era lo que muchos pensaban. Y les salió un disco como No Prayer for the Dying, para escuchar sin prejuicios, sin lectura de reviews previa, con sinceridad, y tratar de observar y apreciar, únicamente, lo musical. Estoy seguro y convencido de que el que para muchos es el peor disco de la banda, sería lo que otras formaciones y sus fans considerarían una obra cumbre. No tratéis de bajar del notable un disco que se puede escuchar del tirón sin hacer muchos esfuerzos...he dicho.

José Rojo


En esta ocasión Somwhere in Time es el álbum que cuenta con una edición limitada en caja con figura de Eddie a escala 1:24 y parche, como ya ocurriese con The Number Of The Beast en Noviembre.

Todos los álbumes están remasterizados a partir de las reediciones que se hicieron en 2015 de todos ellos para iTunes y su correspondiente edición en vinilo, siendo presentados en edición digipack.



Os recordamos que ya comenzamos un especial analizando todas las reediciones editadas hasta la fecha, que continuaremos con esta segunda tanda y hasta el final de la colección.

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