ESPECIAL IRON MAIDEN: EL CAMBIO MÁS OSCURO
Fecha Viernes, 27 de Septiembre del 2019 (12:11:56)
Tema Novedades


Fear of the Dark me encandila desde sus primeros acordes, y todavía me hace sentir sensaciones, tantos años después. Un clásico entre clásicos, que además se reedita estos días remasterizado (en su versión 2015, y que mejora lo que ya era en mi opinión, espectacular), y en un precioso box set...








Si hay de álbumes que me resulta sencillo hablar, es de los pertenecientes a la discografía de Iron Maiden, de los cuales creo que hay poco desechable en su extenso catálogo, y lo digo objetivamente hablando. Pues el último álbum que reseñamos en el anterior bloque del especial fue No Prayer for the Dying, y desde luego, no salió mal parado en absoluto, con lo que el siguiente, Fear of the Dark (1992), no iba a ser la excepción, y hasta me atrevería a decir que es uno de esos álbumes especiales en la historia de la doncella por varias cosas. La primera, es que es el segundo álbum con Janick Gers a las seis cuerdas, y también sin Adrian Smith, con lo que se nota un correcto asentamiento del primero (aportando en términos de composición), y notando menos que en el anterior lp, la ausencia del segundo. El segundo motivo, además de la gran cantidad de temas memorables que contiene el trabajo, es que se convierte en algo realmente especial al ser el último trabajo de la banda con Bruce Dickinson hasta ese momento. Incluso fue el lapso en que Derek Riggs se queda a un margen, y es Melvyn Grant quien se ocupa de la bonita a la par que aterradora portada, con la que, incluso la indumentaria oscurecida y aura general del artwork, era totalmente compatible.

Martin Birch se ocupó de los controles de sonido y desde luego, fue todo un acierto, en una producción pulida, dejando que la banda sonase natural sin perder calidad de sonido, contundencia y algo de macarrería extra. Una batería mucho más presente, guitarras un tanto más agresivas y cortantes (responsabilidad de Gers, seguramente), y una voz de Bruce más hard rockera de lo habitual...mucho más cercana a Tattoed Millonaire, su primer disco solista, que a la de Seventh Son of a Seventh Son, algo que ya se podía prever en su anterior lanzamiento, pero que aquí quedaba más patente, máxime, cunado el tema de apertura resulta ser un balazo en la frente como "Be Quick or be Died", eterno clásico que se marcaron abriendo todos los shows de la gira, que les llevó a encabezar un Donington apoteósico (del que editasen un trabajo después), así como dos discos en directo como A Real Live One, y el siguiente A Real Dead One. El tema es uno de los más rabiosos de la Maiden History, y es un fiel reflejo de los gustos de Harris y compañía en aquel momento, dejando las mayas a un lado, y entrando a escena con mucho más cuero del habitual.

La primera parte del álbum (o primero de los dos vinilos en su edición original), es sencillamente espectacular, conformado por clásicos de los que no hablaré en particular (¿no se ha dicho ya suficiente?) como "Afraid to Shoot Strangers", el single "From Here to Eternity", las poco recordadas "Fear is the Key" y "Childood's End" y en mi opinión, el mejor medio tiempo o balada de su largo recorrido. Un "Wasting Love" tan grande y emotivo como el propio disco. Mientras, la segunda parte del trabajo lo completan temas que han pasado sin pena ni gloria por la mente colectiva, aunque no hay tampoco nada descartable, como "The Fugitive", la experimental "Chains of Misery" o "Judas Be My Guide", que de veras creo que tiene un estribillo memorable, aunque siendo justos esta "segunda parte" quizás sea más inaccesible que la primera, que no por ello prescindible...en absoluto, dejando para el final el clásico de clásicos que da título al disco, y que solo por su incursión, ya hubiese valido la pena el disco completo de haber sido el resto un fiasco (que no lo es). Un "Fear of the Dark" que sigue siendo un clásico inamovible de los shows de la doncella, y que finaliza un disco que se puede escuchar del tirón sin el mínimo esfuerzo. A ver cuantos álbumes actuales pueden presumir de ello. Pocos, pocos...

Como decía en el primer párrafo, momento especial como pocos, bien construido, de imagen atractiva y para muchos, un paso lógico en la carrera de Iron Maiden. Curioso ver como para un cierto sector de fans es uno de los mejores, y para otro tanto, uno de los más flojos de la historia de los ingleses. Yo me posiciono, sin duda, entre los primeros, pues Fear of the Dark me encandila desde sus primeros acordes, y todavía me hace sentir sensaciones, tantos años después. Un clásico entre clásicos, que además se reedita estos días remasterizado (en su versión 2015, y que mejora lo que ya era en mi opinión, espectacular), y en un precioso box set, que incluye el álbum en digipack, manteniendo todos los elementos de la edición original, añadiendo en el diseño del CD el original del centro del vinilo, un parche de Eddie y la correspondiente figura de pequeño tamaño del mismo, reproduciendo la portada de Grant. Todo un lujo para aquellos que gusten de ediciones realmente especiales, de discos tan mastodónticos como Fear of the Dark.

Todos los álbumes están remasterizados a partir de las reediciones que se hicieron en 2015 de todos ellos para iTunes y su correspondiente edición en vinilo, siendo presentados en esta lujosa e imprescindible colección.



Os recordamos que ya comenzamos un especial analizando todas las reediciones editadas hasta la fecha, que continuaremos con esta tercera tanda y hasta el final de la colección.

José Rojo





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