ESPECIAL IRON MAIDEN: UN NUEVO AMANECER PARA LA DONCELLA
Fecha Jueves, 3 de Octubre del 2019 (12:22:36)
Tema Novedades


“Brave New World”, un clásico ya forevermore. Música con calidad, instrumentación y voces excelsas. Virtuosismo y buenas letras. ¡Épica, poderío y pasión!...









Hay momentos en que una banda mítica de Hard Rock, a pesar de haber sacado muchos y legendarios discos, haber recorrido miles de carreteras, y surcado los siete mares, una y otra vez para descargar ante millones de personas de todo el mundo, vuelve a sorprender al Planeta Rock, con otra obra redonda, compacta e inconmensurable.

A veces (no tantas) ocurre. Y así fue el caso de Iron Maiden, legado británico eterno para la historia de nuestra música favorita, con el “Brave New World”, en el mismo borde abismal del milenio, año 2000 (con Edición Remaster 2015). Mundo valiente y disco de época, en forma de 10 Nuevos Mandamientos de La Doncella de Hierro. Llegan de nuevo “dominando las olas” con esta entrega superlativa. Hard Rock con mayúsculas, pieza imprescindible en su discografía, y en la cima de la virtuosidad, creatividad y calidad en las composiciones, de principio a fin.

Arranca el espectáculo sonoro con “The Wicker Man”, con riffs muy Maiden, reconocibles y directos al flujo sanguíneo, y con un estribillo demoledor e incisivo, voz y guitarras agudas que te atrapan, y coros atractivos para el acompañamiento fervoroso de las audiencias en los conciertos. Se abre paso “Ghost in the Navigator”, con unos acordes simplemente embriagadores de inicio, que dan paso a una ola de heavy clásico, poderío instrumental, y una voz con cotas y matices de un Dickinson grande. Increíbles subidas y bajadas de ritmo, que desembocan en un solo de guitarra a la vieja usanza, y comunión, acto seguido, con toda la sección de “cuerda eléctrica”, guitarras y bajo compactos y acompasados, velocidad y final épico.

Llega el track que da título al excelso disco, que comienza con suavidad, delicadeza y clase, avanzando hacia la fuerza y el clasicismo. Estribillo para poses, y otra entrega de técnica y elegancia, recorriendo los mástiles de los tres “hachas” de la banda. Agudos vocales y vuelta al inicio, paz después de la guerra, para concluir la pieza con la misma gran categoría con la que empezó. Suenan los acordes de “Blood Brothers”, una de mis favoritas, sin duda, de este disco, no solo por el planteamiento musical, sino por el contenido lírico y conceptual de ser “Hermanos de Sangre”, “Hermanos en el Rock”. El ritmo del tema que conduce al estribillo, directo al corazón, me provoca sensaciones paroxísticas, a la par que adrenalíticas. Las pausas intermedias, con descenso de ritmo, estilo medios-tiempos, le dan aún más consistencia y calidad a la canción, que suena a canto escocés, irlandés, galés, inglés...en el fragor de la batalla. Ambiente épico, con reminiscencias de música clásica. Una vez más, clase y emoción. Y otro de esos cierres de tema para el recuerdo. “We´re Blood Brothers !”.

Nueva vuelta de tuerca, y con “The Mercenary” volvemos al sonido heavy eterno de Maiden, y al contenido conceptual de letras, algo muy cuidado en la banda. Guitarras afiladas y derrochando tanta velocidad como clase, batería rápida y muy integrada, doblando en muchas ocasiones las notas de la sección de cuerda, y un Dickinson navegando por un infinito rango de tonalidades vocales, con mil matices, incluida la voz de poeta-cantante-narrador, y abriendo “Dream of Mirrors” con la voz también doblada con las guitarras, en un efecto tan elegante como demoledor. Otro de los temas que me transporta a mundos lejanos de placer. Más de nueve minutos de montaña rusa vertiginosa, con aceleración final y un Dickinson que, una vez más, borda una obra vocal de época. Lo mismo que en el siguiente tema “The Fallen Angel”, otro elemento conceptual, con poderío más desgarrado, mayor exigencia de agudos, y gran trabajo de baquetas, con un apoteósico arranque doblando a los “hachas”, y al bajo de Harris, siempre presente, destacado y marcando la pauta de La Doncella.

Avanzamos hacia las últimas entregas de los 10 Mandamientos del “Nuevo y Valiente Mundo”, -ese “Mundo Feliz” de Huxley- con “The Nomad”, otra de esas piezas donde Maiden despliegan, con amplio minutaje, todo su savoir faire instrumental y conceptual, como si asistiésemos a tres canciones desplegándose en una, otro de los elementos que la banda británica ha dejado en su amplio y representativo legado para la Historia del Rock.

Inmersos ya en las redes de La Doncella de Hierro, y navegando por mundos futuristas distópicos, asistimos, previo al track de cierre, a otro de los momentos Maiden clásicos, con “Out on the Silent Planet”, que también salió como single. Otro de esos temas representativos del estilo de la banda, donde todo suena en su sitio, donde tocan “mucho y bien”.

Cerramos el disco con otro concepto lírico clásico, de estribillo con sílabas marcadas, sonido más catchy, y esa “Fina línea entre el Amor y el Odio”. Dickinson volvió para algo! Para dejar otra vez su impronta, su poderío, su marca. Y La Doncella a triple guitarra! en esta ocasión, con Dave Murray, la vuelta de Adrian Smith, y tripleta con Janick Gers, volvió a volar alto, con los inconmensurables e incombustibles, Steve Harris al bajo, “boss” de la banda y co-productor del disco, y Nico McBrain con su habitual e inconfundible trabajo a la batería.

Otra Obra Maestra de una de las eternas bandas de absoluta referencia del Rock. Ahí quedó eso a las puertas del siglo XXI, con esa portada de un Londres futurista, con el Tower Bridge y el Támesis con vista aérea recreada de la City, Eddie en unos cielos tormentosos, y la banda en la contraportada con sus miradas elevadas a las alturas...

Vivimos un mundo actual, no feliz, inundado de singles artificiales de “usar y tirar”, con la maldición del subgénero “musical?" de esa infamia llamada “reggaeton” (¡al paredón!) y otros engendros, DJs, meros reproductores de temas mezclados, donde nadie toca ningún instrumento, y apenas nadie canta (ni con auto-tune) más que un gato acatarrado… ésta es la verdadera Decadencia Musical de Occidente.

Seguiremos nuestra Cruzada como Defenders of The Faith. The Heavy Duty! Planeta Rock! De Bach, Mozart y Beethoven al “reggaeton”, y entre medias y para siempre, bandas como Iron Maiden, y discos como “Brave New World”, un clásico ya forevermore.

Música con calidad, instrumentación y voces excelsas. Virtuosismo y buenas letras. ¡Épica, poderío y pasión! ´nuff said!.

Todos los álbumes están remasterizados a partir de las reediciones que se hicieron en 2015 de todos ellos para iTunes y su correspondiente edición en vinilo, siendo presentados en esta lujosa e imprescindible colección.



Os recordamos que ya comenzamos un especial analizando todas las reediciones editadas hasta la fecha, que continuaremos con esta tercera tanda y hasta el final de la colección.

Carlos J Burgos / CjRockenfield





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