MÄGO DE OZ - MALICIA

Artista: Mägo de Oz
Álbum: Malicia
Sello: Warner Music

"Alicia en el Metalverso", el primer álbum de Mägo de Oz con Rafa Blas a la voz como principal reclamo, supuso, en mi opinión, un puñetazo sobre la mesa de una banda que nunca ha parado la maquinaria. Txus sabe cómo funciona el negocio y, ante los vaivenes de miembros, no sé a quién se le pudo pasar por la cabeza que fuese a rendirse y dormirse en los laureles. El álbum trajo tras de sí una inmensa gira en la que varios temas del disco cobraban vida en directo y demostraban que su fórmula presente funcionaba tan bien que se empezó a tildar a la nueva formación de magnífica… y no es de extrañar. Solo hay que ver el line-up de la banda en la actualidad para darse cuenta de que esto sí es una "all star band", y que la apuesta por subir de nuevo a la cúspide está entre los planes más inmediatos de los madrileños… si es que alguna vez bajaron de ella. El trabajo trajo todo tipo de opiniones, pero en lo que a mí respecta (y podéis leerlo en la crítica que ya hice del álbum), me ganó por historia, sonido y frescura. A día de hoy, me gusta más, si cabe, que entonces. Por ese motivo miraba a este "Malicia" desde una expectación máxima, deseoso de conocer qué nos traería la nueva historia semiconceptual de Di Felatio y su nuevo ejército musical.

La introducción, "Zugarramurdi", juega a sonar aterradora e infantil a partes iguales, en un destello deudor de los cánticos de los "niños de Oogie Boogie", perfecto para generar el ambiente que un disco de "la bruja" necesita. Un recital muy distante de ese inicio 100% Black Sabbath que envolvió al anterior lanzamiento, que pone de manifiesto que este álbum es diferente y, además, trata de serlo. "Malicia" no deja de ser el clásico y típico tema de apertura a doble bombo de Mägo, mostrando una producción casi calcada a la de "Alicia en el Metalverso", pero con muchos más elementos en sus matices: menos directo, menos heavy, pero igualmente pegadizo. Rafa Blas se siente más comedido en tonos altos, bordando los medios, y la longitud del tema nos trae un puente sensacional al más puro estilo "Finisterra", con una gran sección instrumental y la aparición de una Xana Lavey más protagonista en esta ocasión, con tonos entre los que se encuentran algunos algo más nasales y agudos que, aunque me resultan menos asimilables, encajan en la composición general. Ya estoy deseando ver cómo defienden este tema en la gira, que seguro verá cómo abre cada uno de sus conciertos por todo lo alto. Vamos a encontrar mucho de aquel ya lejano "Hechizos, Pócimas y Brujería" en la cadencia general del trabajo, y eso que instrumentalmente es muy superior a aquel. Se nota la diversidad compositiva (en esta ocasión todos los miembros han podido aportar su impronta musical), y es en temas como "Ríos de Lágrimas", más cercanos a Gaia II y a aquel maravilloso "Diabulus in Música", en los que este Malicia encandila y demuestra ser un fuerte bastión en la historia de la banda. Es el típico corte que hubiese sido perfecto para la voz de Carlos Escobedo, con un magnífico y poderosísimo estribillo, muy protagonista y musculoso. Atentos al sensacional puente, con un Chesco brillante, un combo de guitarras brutal que desemboca en un guiño a Gaia muy bien incrustado.

El inicio no podía ser más espectacular, y "No Me Dejes Solo" no deja de sorprender por su dinamismo, otro enorme estribillo y un más que notable deje continuista del anterior trabajo, con un Rafa que se mueve como pez en el agua en tonos medios, cargando de matices todo el tema, que en un tono hard rock se convertirá, sin duda, en uno de los favoritos del álbum. Nada que objetar ante el "duelo" de voces entre Xana y Rafa en un "El Último Rezo" que, sin salirse de una fórmula que ya hemos escuchado muchas veces en la discografía de Mägo de Oz, nos trae un corte de gran calidad, confirmando que aquí no encontraremos temas excesivamente festivos, guiños al ska o singles sin potencial. Es un álbum más serio en cuanto a la letrística y musicalmente muy trabajado, acertado y sincero, por lo que "Quiero Ser Libre", de tono más hard rockero, tampoco está de más, aunque no creo que aguante el paso del tiempo en los setlist, no por falta de calidad, sino porque en Malicia encontraremos una gran cantidad de momentos realmente memorables para llevar a los escenarios, y la criba no resultará precisamente fácil. Sin embargo, la belleza de "Mi Cuerpo y yo Nos Dejamos de Hablar", musicalmente hablando, nos trae, de la mano de Raquel, una de las letras más sobrecogedoras de la historia de Mägo de Oz, dirigida a la violencia de género, aglutinando bonitas melodías con una temática tan escabrosa como la que trata, algo nada fácil de aunar si no se hace como la banda ha sabido unir en el tema. "La Noche Celta" rompe con ese sentimiento dual para traernos un single 100% Mägo, sin más pretensiones, resultón, para cantar en sus conciertos con el único ánimo de pasarlo bien, público y banda.

Impresionante, y lo afirmo así de rotundo, resulta el trabajadísimo instrumental "Mis Ojos Tiene la Noche", cargado de cambios, una melodía contagiosa y una musicalidad tremenda. Uno de los mejores temas sin voz de los últimos tiempos de Mägo de Oz, sin duda, que nos conduce a "El Vals de las Almas Rotas", primer adelanto del disco que todos conocéis y que gana con las escuchas y contextualizado en el conjunto del álbum completo. Un himno al más puro estilo "La Cantiga de las Brujas", que también moverá a los fans en la gira, y ojalá incluyan también la maravillosa "La Ruta de los Sordos", en la que la banda hace un guiño a sus primerísimos tiempos con Juanma, primer vocalista de la alineación, a la voz, acompañando a Rafa, creando una batalla de sentimientos en el oyente más experimentado de la música de Mägo. Un flashback en toda regla, emocionante, divertido… todo un acierto que, además, provoca un sentimiento de heterogeneidad en la escucha muy agradable. Se sale del guion, pero no nos saca de contexto. Una gema escondida.

Al más puro estilo Beast in Black, cargado de sintetizadores, "Halloween", con Xana a la voz, nos trae un buen tema de corte moderno que no tendrá demasiado recorrido en los conciertos, pero que no desentona en el conjunto de la escucha y del álbum, como tampoco lo hace un sencillo pero pegadizo "Los Fantasmas de la Fe", comercial, de formas muy hard y un estribillo con los clásicos "uo-ooh", que tanto les gusta utilizar a bandas suecas del género. La bonita y típica en su estructura "La Tierra de Nunca Jamás" sorprende por ser un gran single cerca del final del disco, con muchos ingredientes deudores de la "etapa Zeta" (por llamarla de algún modo), mientras que "Siempre Juntos" sirve de "outro", conceptualizando Malicia, al repetir los patrones del propio tema de apertura a modo de balada, como es habitual en trabajos que siguen algún hilo argumental.

Malicia pasa como un suspiro y supone un viaje por la historia completa de Mägo de Oz, mostrando más matices, más arreglos y mucha más complejidad que el anterior trabajo, lo cual no le hace ser mejor ni peor que aquel. Lo que está claro es que la fórmula es ganadora: al álbum no le sobra nada, se escucha con mucha facilidad y encantará a la legión de seguidores de la banda, no sin razones de peso. Un bloque de grandes composiciones aptas para todos los gustos si has seguido su trayectoria durante los últimos 20 años. Un esfuerzo musical que, con los tiempos que corren, vale mucho. Por muchos más discos como este.

José Rojo

Agregado: December 17th 2025
Moderador: joserojo
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