Impresionante noche de heavy metal la que pudimos vivir en la sala Heineken de la mano de los teutones Accept…y cuando digo IMPRESIONANTE, lo digo porque es una de las mejores noches rockeras que servidor se ha echado a la cara. Toda una sorpresa y un sentimiento de ilusión fue el que invadía las caras de todos los asistentes a la salida del evento.



La sorpresa de la que hablamos se materializó en varios aspectos a tener en cuenta…primero, porque lejos de lo que muchos puedan pensar, y me llamarán incluso pecador por decir esto, pero no se echó en falta la voz de UDO sobre el escenario (que conste que adoro al pequeño cabreado), y segundo, porque el show estuvo muy por encima de lo que estamos acostumbrados a ver en sala, con un setlist de auténtico escándalo y con un sonido PERFECTO. Se agradeció el enorme repaso que la banda hizo de toda su discografía, dejando a un lado discos como Predator, Objection Overruled o Death Row…no hubiese estado mal un Protectors Of Terror o un Crossroads, pero el set fue deslumbrante, apabullante, y perfecto para cualquier antiguo fan de la banda que se precie. Imaginamos que en posteriores giras el set incluirá temas de su nuevo disco “Blood For The Nations (el cual tuvimos posibilidad de escuchar y decir que suena a Accept al 300%), pero de momento esto es lo que hay y esto es lo que vimos, es decir, uno de las mejores descargas de Heavy Metal que mis retinas han podido presenciar.












Con un simple telón con el logo de la banda se hace la oscuridad y comienza a sonar esa melodía que vuelve loca a toda nuestra comunidad…Metal Heart comenzó a sonar y de qué manera. Sonido aplastante y un Tornillo que nos deslumbraba con una voz impresionante (dos horas de calentamiento le llevó el concierto), una puesta en escena increíble y un carisma del que muy pocos gozan, mucho menos cuando se ha de sacar una espina tan gruesa como la de UDO. Peter Baltes tan sobrio como siempre, mientras que el dueto Hoffman/Frank nos dejaba alucinado con su estado de forma, en especial el primero, quien puedo afirmar, es una de lo guitarristas más duros, metálicos, agresivos y elegantes a la vez que se puede ver sobre las tablas, sin fallar una sola nota, y sacando unos rugidos de sus cuerdas incomprensibles. De alucine.



La velada comenzó siendo de lujo, y así continuó con Midnight Mover, con un público volcado con la banda y atónito con lo que allí estábamos viviendo, público que no paró de corear estribillos como el de Living For Tonight. Increíble, de ensueño, visualizando esas poses típicas de la banda y con la mirada clavada en Wolf, el cual no dejaba de animar, hacer muecas y derramar energía, como si no hubiesen pasado los años para el…(y eso que su etapa como fotógrafo se alargó mucho más de lo que muchos hubiésemos deseado).












Calló…como no Restless & Wild y Tornillo la bordó sin mucho esfuerzo. La gente enloquecía y la banda parecía llevar engrasada todos los años inactivos…como si hubiese estado ensayando en silencio durante años, para poder descargar lo que hoy estábamos viendo. Son Of A Bitch sonó ultra metálica, rompiendo un estribillo de lo más macarra que se ha compuesto en el mundo metálico. Puños en alto y siguieron cayendo Losers & Winners, la famosísima London Latherboys que sirvió como excusa para dejarnos unas “coreografías” guitarreras de lo más apetitosas, Run If You Can…toda una fiesta, una orgía metálica, y una banda que parecía no cansarse ni inmutarse, manteniendo un nivel deslumbrante durante todo el evento. Teutonic Terror, el nuevo single de la banda, no desentonó en absoluto con el resto del set y sonó de escándalo…incluso pude ver algún fan que ya se sabía toda la letra de principio a fin…pero la noche era de clásicos y poco después Wolf comenzó a rugir su guitarra y servidor sin dar crédito. Pensaba que me iría al ataud sin poder presenciar este tema en directo, pero ahí estaba. Neon Nights, con su correspondiente intro e interpretada a la perfección hizo de ese momento uno de los mejores de la noche sin duda alguna...realmente increíble y mucho más si asalta la nostalgia como nos ocurrió a muchos. Y lo que realmente fue del agrado del mr fue cuando Hoffman interpretó un solo de guitarra intercalando fragmentos de su disco en solitario, Classical. Una delicia para quien alucinamos desde hace tiempo con ese disco.












Up To The Limit continuo como una ametralladora, seguido de temas tan deseados como Demon’s Night (con solo de Baltes, elegante y poderoso, entre ambos temas), Turn Me On,Monster Man…lo que digo…una orgía metálica de riffs y solos incontestables.



Para el final, la banda nos dejó un maratón de temas que nos dejó atónitos compuesto por Burning (uno de los temas más rockeros de la banda, más añejos, y más coreados también), la increíble Princess Of The Dawn, con el público ya extasiado, y como no podía ser de otro modo y con imágenes de fondo en la pantalla de la sala recordándonos a quien estábamos viendo, cayeron la fiestera I’m Rebel y tras el griterío “jai di jaidoooo jaidaaa” (así lo canta el público español!), cayó un Fast As a Shark, que junto a una predecible Balls To The Wall, dió carpetazo a una noche inconmensurable, apabullante, metálica a más no poder, y una de las mejores veladas que un ser del rock puede sentir en sus carnes.



Un 11 para Accept.



Crónica y fotos: José Rojo

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