HELLFEST 2016 - 17, 18 y 19 Junio, Clisson (Francia)
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Un año más, la redacción de MELTAZONE se desplazó hasta el pequeño pueblo de Clisson para asistir a la undécima edición del festival francés HELLFEST.
Al igual que el año pasado, la organización del festival va haciendo mejoras en cada edición y puliendo detalles, habiéndose situado por méritos propios entre los mejores festivales de metal y rock de Europa. Entre los cambios más importantes pudimos encontrar el nuevo y rediseñado escenario del Warzone, el cual se encontraba anteriormente en una zona muy alejada del resto de escenarios y cuyo único acceso y salida se realizaba a través de una especie de pasillo de no mucho más de 4 metros de ancho, lo que provocaba grandes atascos en las horas punta de conciertos estelares, generando un punto realmente conflictivo en tema de seguridad. Esto, afortunada y acertadamente ha sido subsanado por completo, creándose toda una nueva Warzone, en una mejor ubicación y con muchos mejores accesos.
Otra de las mejoras de este año ha sido la incorporación de un nuevo tipo de baños ecológicos que funcionaban con serrín, en vez de los poly klyns a los que estamos acostumbrados. Este nuevo sistema conseguía enmascarar mejor los olores, cosa más que de agradecer; aunque también hay que decir que siguen siendo una cantidad insuficiente para tanta gente. Igualmente, las duchas volvían a ser otro de los problemas, siendo escasas y creándose grandes colas en las horas normales en las que se suele duchar la gente, para acabar finalmente duchándose con agua fría.
Otro punto a mejorar es el tema de la adaptación a minusválidos. Este año tuvimos que hacer uso de ese tipo de instalaciones y ya de entrada nos encontramos con que se les habían acabado las pegatinas que te tienen que dar para que te dejen acceder a la zona. No pasa nada, nos hicieron un papel a mano y "el daño" era tan obvio que nos dejaron acceder a las plataformas sin tener ni que enseñarlo. Eso sí, sólo hay dos plataformas: una para los dos escenarios principales, situada a un lado, por lo que ves uno perfectamente, pero el otro regular.... Y otra plataforma muy bien colocada en el Warzone, que como bien os comentábamos antes, podría haberse convertido fácilmente en la mejor zona del recinto. En los otros tres escenarios, los más extremos, las persons con minusvalía tenían acceso a ver el concierto desde el foso, pero con un embarazo muy avanzado como íbamos nosotros, si entramos ahí el niño nace en Hellfest del susto de tanta vibración.
Había algún baño con rampa para minusválidos, pero deberían haber más y mejorar los accesos. Estamos seguros que están trabajando en ello, pero el festival está creciendo más rápido en afluencia de público de lo que son capaces de crecer en organización.
Este año tuvimos la impresión de que el festival estaba mucho más masificado que el año anterior, con momentos en los que lo pasamos realmente mal para movernos tras algún concierto en la zona de los Mainstage.
Pero vamos a lo que vamos, sin más dilación, comencemos a hablar de los conciertos, que es lo que fuimos a ver:

Prácticamente abriendo el festival nos encontramos a DELAIN en el escenario principal a las 11 de la mañana. Con muchas ganas y con una más de aceptable cantidad de público presente, los holandeses tuvieron tan solo 30 minutos para resumir sus 4 discos, y los aprovecharon perfectamente presentándonos siete canciones. Todos los miembros derrochaban energía, sonaron genial y consiguieron un buen feedback con el el público a pesar de la hora tempranera que les había tocado.

Buen comienzo para un festival que tan solo estaba arrancando motores. Sin mucha dilación llegaban los noruegos AUDREY HORNE al escenario principal contiguo. Al igual que sus predecesores, dispondrían de 30 minutos para desarrollar su hard rock de una forma más que correcta, aunque si bien sonaron perfectamente, no fueron capaces de transmitir gran cosa en directo.
Los temas que nos ofrecieron fueron "Redemption Blues", "Straight into your grave", "Youngblood", "Out of the city", "Pretty little sunshine" y, para cerrar, "Waiting for the night".

A continuación, era el turno de los norteamericanos TREMONTI, que por problemas con las conexiones de vuelos no pudieron llegar, quedándose atascados en el aeropuerto de Holanda, según nos confirmaron miembros de la organización.
Nadie ocupó su puesto ya que fue un imprevisto de última hora, lo cual hizo que los escenarios principales estuvieran sin música por 40 minutos. Aprovechamos el parón para ir a la zona de prensa para ver qué se cocía entre bambalinas e informarnos de las ruedas de prensa del día.


No pasó mucho tiempo hasta nuestra vuelta a los escenarios principales para ver cómo los norteamericanos SHINEDOWN nos deleitaban con un gran concierto.
Mucha intensidad, canciones muy pegadizas, pero a la vez con mucha energía. Tanto el guitarrista como el bajista no paraban de corretear el escenario buscando animar al público, lo cual consiguieron sin mucho problema.
Su cantante Brent Smith estuvo realmente brillante, prácticamente clavando el disco y manteniendo la intensidad durante todo el concierto, llegando incluso a bajarse entre el público cuando pidió que se abriera huevo para hacer un wall of death. Interpretaron canciones como “Asking For It”, “Enemies” o “Sound of Madness”.
Sin duda, una de las grandes sorpresas del primer día de festival.

Decidimos que este sería un buen momento para dar un paseo por el recinto para ver las novedades y mejoras del mismo, así como comer algo para coger fuerzas para la jornada maratoniana de conciertos que estaba aún por llegar.
Rondaban las cinco menos cuarto cuando los legendarios ANTHRAX saltaban al escenario principal con la difícil tarea de comprimir 35 años de carrera y 11 discos en tan sólo 50 minutos, lo cual es siempre una tarea ardua y complicada. Los de Scott Ian salieron sin muchas contemplaciones, recibidos por una gran multitud que se agolpaba con ganas de tralla mientras sonaban los acordes de la intro de “Impaled”.
Joey Belladonna estuvo bastante bien, tanto vocalmente como en puesta en escena, muy activo en todo el concierto sin pesar sus 55 años ni en un sólo momento.


El concierto fue una descarga de puro thrash metal, directo, conciso y sin parones. El sonido fue bastante bueno y pudimos disfrutar de los demoledores riffs de Scott Ian con gran claridad.
Como anécdota, pudimos ver al antiguo guitarrista de la banda y ahora guitarrista en Volbeat, Rob Caggiano, viendo el concierto desde el lateral del escenario y disfrutando cada minuto.
No faltaron canciones como “You Gotta Believe”, “Caught in a Mosh”, “Breathing Lightning” o “Indians”.

Tras de esta descarga nos dirigíamos al Warzone, no sin antes hacer una breve parada en el escenario principal adjunto para ver un poco de los estrambóticos TURBONEGRO. Una banda de glam-rock-punk noruega que es la alegría de muchos festivales. Música amena y entretenida a la vez que bien ejecutada y con una estética digna de los Village People tras una noche muy loca.
Tuvimos que dar varias vueltas para localizar el nuevo Warzone, ya que este año se encuentra ubicado de manera diferente a ediciones anteriores y es muy complicado comunicarse con los miembros de seguridad y organización que te encuentras en el festival, ya que son muy pocos los que saben algo de inglés. Este es sin duda otro punto a mejorar, ahora que el festival se está internacionalizando tanto.

Finalmente lo conseguimos y ahí estábamos, en el Warzone, listos para recibir a KILLSWITCH ENGAGE y rodeados de un público muy expectante.
Los de Massachusetts saltaron al escenario con una base de música introductoria muy funky a la vez que el más que peculiar guitarrista Adam Dutkiewicz, ataviado con un pantalón corto, rodilleras, pañuelo en plan pirata en la cabeza y unas gafas de pasta blanca cogía el micro y decía “Emborrachaos y follad entre vosotros”.
Ver un concierto de Killswitch es como ver 2 conciertos en 1. Tienes por un lado a la banda de metal, con una muy buena puesta en escena, y por otro lado tienes a Adam, el cual va por libre en todos los aspectos, sin importarle mucho lo standard ni lo políticamente correcto. Le da igual que su compañero Jesse Leach esté cantando, él se acerca al micro para decir “pussy pussy pussy” o decirle otras chorradas a su otro compañero guitarrista Joel Stroetzel, o pedir al público que le presten a todas sus novias para acostarse con ellas esta noche. Siempre es divertido cuando te topas con alguien que de una manera u otra, rompe el patrón, y Adam es uno de ellos. Sin parar de corretear y poner caras, su actuación no se queda en eso. Muchos podrían quedarse en la superficie de sus excentricidades, pero la realidad es que es un grandísimo guitarrista y que, a pesar de todo, realizó una actuación brillante.

La banda estuvo realmente perfecta, la alternancia de voces guturales y voces limpias fueron perfectamente ejecutadas y las guitarras estuvieron clavadas en todo momento. Durante los 50 minutos del show nos deleitaron con 11 canciones, entre las que no faltaron “A Bid Farewell”, “My Last Serenade”, “My Course” o “In Due Time”. Este fue otro de los grandes conciertos que pudimos disfrutar el primer día y que nos dejó con ganas de mucho más. Esperamos volver a verlos pronto.

Corriendo de vuelta al escenario principal 2 y ya con serios problemas de desplazamiento, ya que la zona del Mainstage ya presentaba un más que considerable lleno, nos acercamos a ver a HATEBREED.
Los norteamericanos salieron con un mensaje claro desde el minuto 1: “Destroy Everything”, y eso fue lo que estuvieron descargando durante 60 minutos, puro hardcore sin contemplaciones.
Un concierto muy intenso, con un set list bastante completo compuesto con ni más ni menos que 15 canciones, donde quizás sí echamos un poco en falta algo más de agresividad por parte de los músicos, que en línea general era muy estáticos y donde tan sólo el cantante Jamey Jasta intentaba un poco más interactuar con el público y saltaba un poco de vez en cuando.
“Looking Down the Barrel of Today”, To The Threahold”, “Tear It Down” o “I Will Be Heard” son algunos de los temas con los que deleitaron a los asistentes que tenían gana de caña.

Pese a ser una de las bandas que más ganas teníamos de volver a ver, los daneses VOLBEAT no tenían su mejor día. Ni mucho menos ofrecieron un mal concierto, pero tampoco uno del nivel al que nos tienen acostumbrados. Michael Poulsen estaba un tanto apático en su habitual conversación con el público, y eso le hacía perder mucho feeling al show. El nuevo bajista no está a la altura del anterior en lo que a puesta en escena se refiere, y el frío y la lluvia ocasional tenían al público un poco más apagado de la cuenta.
Presentaron sólo dos temas de su reciente trabajo “Seal the deal & Let’s boogie”, “Goodbye forever” y “Seal the deal”. No faltó un homenaje al fallecido Lemmy y tampoco “Sad man’s tongue” o “I only wanna be with you”.
Como comentábamos al principio, no fue un mal concierto, pero sabemos que son capaces de hacerlo muchísimo mejor.
Mientras esperábamos pacientemente por los alemanes, tuvimos el gran placer de ver a DROPKICK MURPHYS, una banda de Boston formada de los barrios de trabajadores inmigrantes irlandeses, donde tiene base su estilo punk y folk irlandés. Tras una intro de Sidnead O’Connor, “The Foggy Dew”, coreada y silbada por gran parte del público, los de Boston saltaron con un “The Boys Are Back” a la vez que todos se volcaban al unísono a corear el estribillo. Toda una declaración de intenciones.
Durante la siguiente hora se encargaron de mantener los animos altos y la fiesta constante, con canciones como “Rose Tattoo”, “The State Of Massachusetts”, “Johny, I hardly Knew You”, “I’m Shipping up to Boston” o incluso el “You’ll Never Walk Alone” de Rodgers & Hammerstein.
Sin duda alguna, esta fue otra de las grandes sorpresas por nuestra parte, con una música de fiesta y hecha para ser cantada, coreada y bailada hasta el fin de la noche.

Sin lugar a dudas, una de las bandas que más expectación creaba de todo el festival eran los alemanes RAMMSTEIN. Una multitud de fans y curiosos esperaban al momento en que Till Lindemann y los suyos saltaran al escenario y, como siempre, no defraudaron a nadie. Como detalle curioso, nombrar a un hombre que estaba a nuestro lado junto a su hija, más como acompañante que como fan, y acabó llorando a lágrima viva de la emoción una vez acabó el concierto. La pobre hija no entendía nada, jeje...
Sus dos guitarristas descendían sobre los focos del escenario mientras íbamos escuchando por primera vez un nuevo tema, “Ramm 4”. La canción está compuesta básicamente de frases de otros temas y un estribillo que dice “Ya estamos de nuevo aquí, sí, no, Rammstein”. Suponemos que será la intro de su próximo disco.

Ofrecieron un setlist bastante distinto de la gira anterior, y también el show en sí fue distinto. Abusaron menos de la pirotecnia, aunque estuvo presente muchísimo más que en el show de cualquier otro grupo. Los temas que nos brindaron fueron “Reise, Reise”, “Hallelujah”, “Zerstören”, “Keine Lust”, “Feuer Frei!”, “Seeman”, “Ich tu dir weh”, “Du riechst so gut”, “Mein Herz brennt”, “Links 2-3-4”, “Ich will”, “Du hast” y la versión de Depeche Mode “Stripped”.
Cuando parecía que nos iban a dejar ya, volvieron sobre las tablas para ofrecernos tres temas más: “Sonne”, “Amerika” y “Engel”. Nunca había visto este último tema en directo, pese a ser esta la 6ª vez que les veía, y Till nos sorprendió llevando unas enormes alas metálicas que le alzaron unos metros sobre el suelo y de las que, como no podía ser de otro modo, salían bolas de fuego. Un final más que apoteósico de uno de los mejores conciertos del festival.
La noche llegaba a su fin y mientras aún seguíamos digiriendo lo vivido con los alemanes y sin mucho tiempo para recuperarnos, era el momento del mejor punk rock americano, THE OFFSPRING. Lo pasamos realmente mal para poder acercarnos a la zona del escenario donde tocaban los americanos, eso que tan sólo era desplazarse unos metros hacia la izquierda, pero el lleno era absoluto, quizás hasta más personas de las que realmente cabían, al menos desde el punto de vista de la comodidad y la seguridad.

Ya en posición, pudimos disfrutar de un grandísimo concierto, y es que aunque no hayas sido seguidor de los californianos desde sus inicios, son pocos los que no han escuchado sus grandes éxitos, lo cual siempre ayuda a apreciar y disfrutar más un concierto.
Los liderados por Dexter Holland no necesitan de muchos complementos externos para realizar un gran concierto, no disponen de pirotecnia, ni efectos, ni maquillajes, ni vestuarios estrafalarios; sencillamente basan toda su artillería en canciones rápidas, simples, amenas y sobre todo muy pegadizas.
Canciones con las que muchos nos hemos criado, que no envejecen en absoluto con el tiempo y que al escucharlas en directos nos transportan a los principios de los ’90. Clásicos como “Come Out and Play”, “All I want”, “Bad Habit”, “Why Don’t You Get a Job?” o “Self Esteem” no faltaron junto a un gran elenco de canciones que hizo cantar y saltar a todo el público desde el principio hasta el final, dando igual el cansancio y la hora.

Comenzaba el segundo día de festival y aun notábamos algo de cansancio de maratoniano día anterior, pero los ánimos y ganas seguían estando muy altos.
Comenzábamos el día con una leyenda, GLENN HUGHES. El británico venía rodeado de grandes músicos para deleitar a los amantes del rock clásico con una buena mezcla de todos los proyectos en los que ha colaborado, con canciones como “Stormbringer”, “Mistreated” o “Burn” de Deep Purple, “Black Country” del Black Country Communion u otras de su carrera en solitario como “Muscle and Blood”.

SIXX AM pasaban por Hellfest en su primera gira por Europa y también de sus primeros conciertos como banda, pues han sido poquísimas las fechas en que se les ha podido ver antes y siempre en Estados Unidos. Ahora que Nikki Sixx deja de estar ocupado con Mötley Crüe y DJ Ashba ha abandonado Guns n’ Roses, nos han asegurado que les veremos más a menudo. ¡Y esperamos que así sea!
La banda ofreció un show de tan sólo 40 minutos para resumir sus 4 discos, pero supieron aprovecharlo al máximo. A cada instante demostraban que si bien son los primeros conciertos de Sixx AM, todos ellos son músicos más que experimentados. James Michael es todo un show man, DJ Ashba se lo pasa en grande sobre las tablas y lo transmite a cualquiera que lo esté viendo, y poco podemos decir de Nikki Sixx que no se haya dicho ya a estas alturas del campeonato. Incluso el recién integrado batería, Dustin Steinke, y las dos coristas que les acompañaban hicieron un trabajo espectacular.


Los temas que nos brindaron fueron “This is gonna hurt”, “Rise”, “When we were gods”, “Everything went to hell”, “Prayers of the damned”, “Lies of the beautiful people”, “Stars” y, para cerrar, el que fuera su primer single en 2007, “Life is beautiful”.
En definitiva, un muy buen concierto, corto pero intenso, que esperamos poder volver disfrutar pronto en una gira que esta vez, sí que pase por España.
En referencia al futuro de la banda, en la rueda de prensa la banda comentó que, si bien Dustin entra para quedarse, el proceso compositivo se mantendrá entre ellos tres, tal como ha sido hasta ahora.

Eran las seis y media de la tarde cuando otra leyenda saltaba al escenario principal. Esta vez, una leyenda de la guitarra como JOE SATRIANI.
Poco se puede decir sobre el genio de New York que no sepamos ya. He de reconocer que soy muy fan de Satriani desde hace muchos años y esta ha sido la primera vez que he podido verlo en directo y ha sido un completo espectáculo. No porque tenga una puesta en escena descomunal sino porque sencillamente es Satriani. Su música es para ver, escuchar y disfrutar de cada detalle.
Por otro lado, le pasa lo que a todos los músicos instrumentalistas y es que es una música mayormente enfocada para músicos y suele aburrir a los que prefieren bandas con vocalistas. Personalmente he de reconocer que disfruté como un enano viendo al gran Joe interpretar temas como “Ice 9”, “Summer Song”, “Always With Me, Always With You”, “Satch Boogie” o “Surfing With The Alien”.
En el escenario contiguo encontrábamos a DISTURBED. Con una voz sencillamente espectacular, David Draiman clavaba tema tras tema y, aunque no tuviera una puesta en escena muy activa, sin mucha intensidad por su parte, hizo un trababajo espectacular con su voz.
Los norteamericanos nos presentarían un concierto con bastantes sorpresas y colaboraciones estelares. Entre estas sorpresas estuvo la versión que han añadido en su último álbum del tema “The Sound Of Silence” de Simon & Garfunkel, en la que contaron con un violinista, violenchellista y percusión que, junto a la guitarra acústica, crearon una ambientación realmente espectacular.
Poco después presentarían otra de las sorpresas del concierto, invitando al escenario a Nikki Six, DJ Ashba y James Michael de Sixx A.M. para versionar una canción de la antigua banda de Nikki, Mötley Crüe, “Shout at the Devil”.


Acto seguido, Glenn Hughes tomaría el relevo para interpretar “Baba O’Riley” de The Who seguida de la última de las versiones del día de “Killing in the Name” de Rage Against The Machine.
Por supuesto, no faltaron los clásicos como “Indestructible”, “Voices”, “Down With The Sickness” o alguna nueva como “The Light”.

Sin tiempo para descansar, los holandeses WITHIN TEMPTATIONS harían su aparición con un descomunal telón de fondo de su disco Hydra que ocupaba la totalidad del Mainstage 1 y con unas pantallas de LEDS que proyectaban continuas animaciones, creando una ambientación excelente para lo que nos depararía este concierto.
Tras una corta intro, saltaban todos los componentes al escenario seguidos de Sharon den Adel, la cual aparecería en una pasarela por encima del nivel de la batería.
El concierto fue un derroche de intensidad por parte de todos los músicos, que no pararon durante todo el concierto. Una gran puesta en escena enaltecida por las descargas de llamas que eventualmente completarían el escenario. En el apartado vocal, Sharon estuvo realmente bien, muy cómoda en todo momento y perfecta en todos sus registros.
Interpretaron canciones como “Our Solemn Hour”, “Mother Earth”, “Stand My Ground” e incluso “What have you Done”, en la que proyectaron en las pantallas leds un video de Keith Caputo a la vez que su parte era lanzada a dueto.
Otro de los momentos estelares del concierto fue cuando Tarja Turunen salió al escenario a cantar a dueto la canción “Paradise (What About Us?)”.

Era el momento para el metalcore. Los británicos BRING ME THE HORIZON salieron entre 10 y 15 minutos tarde, lo cual supuso que su concierto fuese más corto de la hora establecida en el horario. Los motivos de dicho retraso y el consecuente recorte del setlist lo atribuimos a los problemas de voz con los que venía su cantante, lo cual confirmó unas cuantas canciones después el propio Oliver Sykes a la vez que pedía disculpas por ello.
Comenzaron con “Happy Song” haciendo uso de toda su artillería de cañones de humo y los paneles de leds traseros, creando una ambientación tremenda, con muchos coros lanzados y que en prácticamente toda la canción tapó por completo la voz del propio Sykes, (o tal vez no estaba cantando en absoluto).
Sea lo que fuese, la cosa fue mejorando según pasaron un par de canciones. Si bien no estaba en su mejor momento, Sykes se dejó la garganta dando su máximo en todo momento, lo cual fue agradecido por el público asistente que no paró ni un minuto desde el comienzo hasta el final de concierto.

Al mismo tiempo que se desgañitaba, Oliver buscó en todo momento el contacto con el público, pidiendo que se hicieran walls of death, circle pits, crowdsurfing e incluso bajando en una canción al foso y pidiendo que todos fuesen a darle un abrazo mientras cantaba. Un completo derroche de energía, buenas vibraciones y entrega total.
El setlist incluyó exclusivamente canciones de sus 2 últimos discos, conscientes de que son los que mejor funcionan en directo, siendo coreados de principio a fin por los fans. “Go To Hell, for Heaven’s Sake”, “Sleepwalking”, “Throne” o “Drown” fueron algunas de las canciones que interpretaron.
Gran concierto, con sus pequeños problemas, pero compensados de sobra por la actitud y entrega de su cantante, lo cual hizo que nos quedáramos con ganas de mucho más.
En el Mainstage 1 y sin tiempo de descansar comenzaba otro de ésos conciertos especiales. Perteneciente a su gira de despedida “Forty and Fuck It”, los norteamericanos TWISTED SISTER saltaban al escenario usando de intro la canción de AC/DC “It's a Long Way to the Top (If You Wanna Rock 'n' Roll)”. Pudimos ver a un Dee Snider en un estado de forma espectacular y con mucha intensidad en todo el concierto, demostrando que sus 61 años están únicamente en su dni y no en su cabeza o cuerpo. A la batería pudimos ver a un Mike Portnoy (exDream Theater), que está ocupando el puesto tras la defunción el pasado año del baterista de la banda A.J. Pero.
Interpretaron todos sus clásicos como “I Believe in Rock ‘n’ Roll”, “I Wanna Rock” o “We’re Not Gonna Take It”; y contaron con la colaboración especial de Phil Campbell, guitarrista de Motörhead, con quien tocaron “Shoot ‘Em Down” y “Born to Raise Hell” de la banda del fallecido Lemmy Kilmister.
Una vez finalizaron, hubo un parón de conciertos de aproximadamente una hora, durante la cual presenciamos un espectáculo de fuegos artificiales. Acto seguido, Phil Campbell hizo un discurso sobre Lemmy, al cuál siguió la proyección de un video especial acerca del mismo a través de las pantallas gigantes.

Era la 1 de la mañana y cargábamos muchos conciertos a nuestras espaldas y piernas, pero no queríamos irnos aún ya que todavía quedaba una bala en la recámara para éste sábado de festival. Ni más ni menos que los norteamericanos KORN pondrían el broche de cierre a una jornada tan variada.
Los californianos, con prácticamente toda la formación original tras la vuelta de Brian Welch, hicieron un concierto perfecto. Con un Jonathan Davis espectacular a la voz y con sus característicos movimientos y bailoteos, teníamos la impresión de estar escuchando el cd.
No se dejaron ninguno de sus grandes éxitos con canciones como “Falling Away From Me”, “Blind”, “4U”, “Got The Life” o “Freak on a Leash” con la cerraron la jornada del sábado por todo lo alto.
Comenzaba el tercer y último día de conciertos y decidimos dar un paseo matutino por las distintas áreas del festival y disfrutar del ambiente y de los distintos puestos.

Nuestra jornada de conciertos empezó después de comer con TARJA en el Mainstage 2.
La finlandesa continúa su carrera presentando su sexto álbum en solitario tras su salida de Nightwish y es sin duda alguna un valor seguro sobre el escenario. El control y calidad vocal que posee hace que rara vez falle, haciendo que sus actuaciones sean siempre buenas. Esta vez no fue la excepción.
Su set list estaba formado por canciones de su nueva etapa en solitario aunque también tuvo tiempo para añadir una versión de Muse, “Supremacy” y un medly con varias canciones de Nightwish, “Tutankhamen/Ever Dream/The Riddler/Slaying the Dreamer”.
Terminó el concierto con su canción más conocida, “Until My Last Breath”.

Llegaba uno de los momentos más esperados por la gran mayoría del público asistente. La hora de GOJIRA había llegado y eso se notaba desde hacía mucho tiempo, siendo casi imposible caminar de un lado a otro de la zona del público de los escenarios principales ya que mucha gente se había sentado para guardar su sitio para el gran evento. Llegar del escenario de Tarja al de Gojira fue toda una proeza que espero no tengamos que repetir. ¡Y eso que estaban al lado!
Los franceses son una maquina muy bien engrasada, contundentes y machacones hasta el infinito, con un Mario Duplantier a la batería como espina dorsal de su particular sonido, así como su hermano Joe Duplantier a la guitarra y voz. Su puesta en escena es bastante sobria, sin ningún tipo de aderezo y tampoco mucha intensidad por parte de los músicos, y es algo que echamos en falta en esta banda, sobre todo con el estilo que hacen, pero sin lugar a dudas, lo que hacen, lo hacen genial. El público se vuelve salvaje y aporta toda la intensidad que a ellos les falta.
Tocaron canciones como “L’Enfant Sauvage”, “Backbone”, “Stranded”, “Silvera” o “Vacuity”, entre otras.

Después de esta descarga tan intensa, tanto de música como de presión de público, decidimos dar un salto a las carpas que teníamos un tanto olvidadas y tomamos rumbo a The Altar, donde comenzaría el concierto de INSOMNIUM. Teníamos muchas ganas de ver a la banda finlandesa, sobre todo tras su espectacular último trabajo discográfico “Shadows of the Dying Sun” y los nórdicos no decepcionaron.
Comenzaron con la intro de su último trabajo “The Primeval Dark” seguida de “While We Sleep”, donde la dualidad de voces de Niilo Sevänen (bajista y cantante principal) y Ville Friman (gutarrista) funcionaban a la perfección.
Buen sonido y buena ejecución por parte de los finlandeses que consiguieron conectar con un público entregado y con ganas de disfrutar de un buen concierto de death metal melódico al más puro estilo finlandés. Interpretaron canciones como “The Promethean Song”, “The Gale” o “Mortal Share”.


Sin mucho tiempo que perder salimos corriendo a la otra punta del festival, ya que los alemanes CALIBAN estaban a punto de salir a escena en el Warzone. A estas alturas de la tarde, todas las zonas de conciertos empezaban a llenarse complicando el paso de uno a otro escenario. Aun así, pudimos llegar a tiempo para disfrutar de otro de los grandes conciertos de día.
El Warzone estaba a poco más de medio lleno y gran parte de la culpa era la coincidencia con otro de los grandes en los escenarios principales, Slayer. Esto no supuso un problema para que los alemanes salieran a por todas con un Andreas Dörner sencillamente tremendo. Con una actitud y puesta en escena a envidiar, se pasó prácticamente todo el concierto interactuando con el público asistente y pidiendo que ellos hicieran lo propio con él, desde hacer Wall of Death hasta hacer un circle pit que llegara hasta la torre de sonido. Sencillamente espectacular.
También tuvo tiempo de recriminar a uno de los seguratas del foso por haber sido más agresivo de la cuenta con alguno de los fans que hacían crowdsurfing, diciéndole que su trabajo era protegerlos para que no se hicieran daño y no golpearlos. Y si eso no fue todo, como remate final invitó a todos los asistentes a acercarse a él y chocársela en el borde del escenario, petición que fue aceptada gustosamente y llevada a cabo por muchos fans. Un verdadero crack como cantante y como persona.
Pero volviendo a la banda en sí, todos estuvieron perfectos, Denis Schmidt, guitarrista encargado de las voces limpias contrastaba perfectamente con la voz agresiva de Andy mientras que Marc se encargaba de todas las guitarras melódicas.
Es una de esas bandas a las que no deberías perderte si tienes ocasión de verles.

Tras esta descarga de metalcore de calidad, era momento de otra carrera de vuelta a las carpas para ver a KATATONIA en el Altar de nuevo. Tras mucho correr, pudimos llegar a tiempo al comienzo del concierto. Los suecos hacen un estilo muy personal, un doom metal con mezclas progresivas, pero de una ambientación en general bastante oscura. Es quizás este punto el que hace que su puesta en escena, sobre todo la de su cantante, no sea la más espectacular, ya que no le veas dando saltos ni interactuando con el público como acabábamos de presenciar con los alemanes Caliban. Esto fue una de las cosas que más nos chocó nada más comenzar el concierto, pero que según pasaban las canciones y te metías en el ambiente que iban creando, ibas entendiendo, asimilando y disfrutando a su manera.
Tras varias canciones decidimos tomar una posición algo más retirada, nos sentamos en un lateral y sencillamente disfrutamos en calma del concierto, lo cual fue realmente placentero.

Tras este buen momento de relax y disfrute de música más relajada, era momento de volver al Warzone, donde nos esperaban WALLS OF JERICHO.
Ya con un lleno absoluto, los de Chicago descargarían durante casi una hora su hardcore más intenso, donde su vocalista Candace Kucsulain derrochó energía, agresividad y actitud en cada minuto.
Una vez más el cambio fue un poco drástico, de un doom muy ambiental y pausado al hardcore más agresivo. Este cambio costó mucho menos de asimilar ya que Candace se encargó, de manera perfecta y directa, de inyectar adrenalina en las arterias de todos y cada uno de los allí presentes. El público respondió como era de esperar, volcados por completo y enloquecidos en los moshpits.
Es realmente un espectáculo ver a esta banda en directo, independientemente de si es tu estilo o no, su vocalista da una buena lección de intensidad y saber hacer en el escenario.

A continuación, teníamos pensado ir a ver a Ghost en el escenario principal, pero tras las malas experiencias sufridas los días anteriores para moverse entre los escenarios principales a esas horas de la noche, decidimos directamente quedarnos en el warzone a descansar un poco y prepararnos para la última descarga de la noche, de mano de otros alemanes, HEAVEN SHALL BURN.
Era la primera vez que veía a esta banda en directo, a la cual sinceramente nunca me había parado a escuchar, pero que desde su primera canción me enganchó completamente. Una buena mezcla de metalcore con toques de death melódico y algo de deathcore de lo más interesante.
Con un lleno absoluto, los alemanes plantearon un concierto bastante completo, sin bajones de intensidad en ningún momento y con una pirotecnia frontal que se vio completada con los fuegos artificiales que aparecieron al final del concierto de Ghost por detrás del escenario.
Interpretaron canciones como “Hunters Will Be Hunt”, “Voice of The Voiceless”, “Endzeit” o “Godiva”.
En resumen, festival francés HELLFEST ya ha conseguido consagrarse como uno de los festivales referentes en Europa por méritos propios, pero al mismo tiempo puede que este crecimiento tan rápido pueda conllevar una serie de problemas que no sean capaces de digerir y solventar, como puede ser la masificación y el no saber cuantificar los servicios necesarios para tal cantidad de personas.
De cualquier modo y a pesar de estos factores que esperamos vayan corrigiendo como han ido haciendo con otros temas, el festival es sin duda una de las mejores ofertas a nivel europeo en cuanto a rock y metal.
Estamos impacientes por ver qué nos tienen preparado el año que viene.
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Crónicas y Fotos: Frank White y Ana González
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