Artista: Alice Cooper
Álbum: Road
Sello: earMUSIC
Alice Cooper es uno más de la familia, a al menos, en la mía...¿conocéis a alguien a quien no le guste absolutamente nada de su inmensa y extendida carrera?. Yo no, o al menos, que así haya verbalizado. Más bien todo lo contrario. El respeto, admiración y simpatía que muestran fans y músicos por Vincent Fournier es más que evidente, así como totalmente justificado, y es que a lo largo de su trayectoria hay de todo, para todos. Si quieres, puedes y no lo has hecho ya, echa un vistazo a sus diferentes etapas, siempre rodeado de los mejores músicos, en diferentes estilos. Haz ascos si quieres a cinco discos consecutivos como "Constrictor", "Raise Your Fist and Yell", "Trash", "Hey Stoopid" y "The Last Temptation"...palabras mayores. O dile al tío Alice que no es capaz de grabar un álbum de puro industrial, y ponte el "Brutal Planet"...trata de no considerar clásicos al "Killer", "School's Out", "Welcome to My Nightmare" o "Billion Dollar Babies".
No hay mucho que reprochar a una carrera como la suya, especialmente cuando, a partir de "The Eyes of Alice Cooper", ha seguido una senda marcadísima, de rock primigenio, con teatralidad implícita, pero más sencillo, desentendido y de estilo "primo-hermano" del de los álbumes que le hicieron famoso en los años 70, pues recordemos que la etapa hard rockera, duró un suspiro, como quien dice, por mucho que fuese la más sonada a nivel mediático. Por eso no me sorprende que "Road" , su nuevo disco de estudio, sea más de lo mismo, de lo que nos lleva entregando desde 2003, deudor de todos los anteriores "Dirty Diamonds", "Paranormal" o "Detroit Stories", siendo "Welcome 2 My Nightmare" y "Along Came a Spider" los únicos que se desviaban puntualmente del camino que ha decidido tomar en los últimos 20 años. ¿Y sabéis lo que os digo?...que un álbum tributo al lugar en el que más tiempo pasa Alice después de su hogar, es decir, la carretera, no puede traer nada de malo. Y, efectivamente así se descubre desde "I'm Alice", una declaración de principios realmente espectacular, que igual te puede llevar a los sonidos del "Killer", que, por momentos, al "The Last Temptation". Poco o nada distinguirás de gente como Nita Strauss, Chuck Garric, Tommy Henriksen, Ryan Roxie o Glen Sobel...es más...esto podría haberlo grabado la "Alice Cooper Band", y con casi toda seguridad, el sonido sería el mismo. Pero sabes lo que hay detrás, quién está tras el telón, y eso es un signo pleno de garantía.
Si escuchas "Welcome to the Show" ya sabes la dirección de los tiros, y aunque la trayectoria es la misma, sigue siendo de mucha precisión. Incluso los vientos de "All Over the World" no logran salirse de la fórmula más primigenia, es más...logran adentrarte más en ella, darle matices, pinceladas de todas sus épocas y agradar. Diría que la única etapa que obvia es la más ligada al hard rock, porque incluso la dureza de sus trabajos más experimentales post-90, está presente en el vigoroso riff de "Dead Don't Dance" donde todo suena poderoso, de presupuesto y en su sitio...¿el sonido?. De diez, en todo el álbum, por cierto. No hay sobresaltos, e incluso amigos de la pandilla como Frankenstein vuelven a aparecer en "White Line Frankenstein", entregando un sensacional estribillo rodeado de una ejecución instrumental y vocal 100% solvente marca de la casa. Incluso hay un guiño a " La Grange" de ZZ Top en "Rules of the World", mientras que el riff de "The Big Goodbye", de baja afinación, podría servir para "Brutal Planet" o "Dragontown", si no fuese porque el estribillo es mucho menos oscuro de los que podíamos encontrar en aquellos álbumes. Incluso el momento sosegado que nos ofrece "Baby Please Don't Go" es de gran octanaje, muy en la onda "The Saga of Jessi Jane" que tanto me gustó de su "Dirty Diamonds". En definitiva, y de nuevo, un ejercicio de musicalidad que despide la aventura con un "Magic Bus" en la que incluso hay algo de mística, con un Glen Sobel despidiendo el álbum por todo lo alto, incluyendo un espectacular solo de batería, siendo ese matiz arriesgado en un tema del siglo XXI. Sí señor.
Un long play variado, bien producido y con un factor sorpresa que, siendo inexistente, logra que los fans de Alice Cooper puedan seguir teniéndolo en lo más alto. Lo merece, y para todos ellos Road será una de las alegrías de su 2023. Se escucha con extrema facilidad, y desconozco si alguno de sus temas serán súper hits en el futuro, pero el bloque de composiciones es tan sólido, convincente y bien construido, que habla por sí solo.
José Rojo
