TESTAMENT + EXODUS + HEATHEN - LA RIVIERA (5/8/2022)
Sorprende cuando, tras haber recordado durante casi dos años un concierto como "él último que vi antes de la pandemia", te reencuentras con un cartel casi idéntico al de 2020, con un solo cambio visible, es decir, la incursión de Heathen como acompañantes de gira, en vez de Death Angel, como sucedió en la anterior ocasión, sirviendo este Summer Tour como segunda vuelta para que Testament presentasen su Titans of Creation con cierto reposo previo, Exodus su colosal Persona Non Grata, y Heathen su trabajo de 2020 Empire of the Blind. Todo alicientes, en una serie de fechas que nos dejaban caer al triángulo infernal thrasher en nada menos que 5 salas nacionales. Y no íbamos a ser los que faltasen a una cita completamente obligada, que casi debe ser tomada como si de una reunión de viejos amigos se tratase. En cierto modo, la conexión que tenemos con algunas de las canciones que iban a sonar esta noche, es tan importante como la de la amistad, pero de un modo más visceral, profundo y nostálgico.
Sorprende, cuanto menos, que a las siete de la tarde, momento en el que salían Heathen a escena, solo hubiese unos cuantos metalheads fanáticos de la banda deseando ver como los americanos rompen la pana. Breaking the Silence y Victims of Deception son metralla pura, pero lo que ha venido tras la reunión desde aquel The Evolution of Chaos de 2010, también sirve como artillería para arrasar las salas, y así dejaron constancia los de la Bay Area con "The Blight" de su última placa, gozando de lindo el momento y aprovechando los medios que sus hermanos mayores les pudieron prestar, dándolo eso sí, todo en el escenario. David White esforzándose en arremeter con fuerza, estuvo muy acertado con su voz, apoyado por un Lee Altus y Kragen muy compenetrados en riffs, solos y feeling. Claro que continuar en un set de siete temas siguiendo el orden de Empire of the Blind, es saber que tu material actual vale la pena, y así lo hicieron descargando la homónima y llenando la sala de un orgullo imperioso por ellos...una banda no fácil de ver por nuestra tierra, y que dejaron La Riviera ardiendo, haciendo especial mención a los "nuevos" miembros Jason Mirza y Jim De Maria, quienes conformaron una base rítmica incontestable, sobre la que se apoyó una banda segura de si misma, a la que no parece haberle afectado la pandemia, ni el no haber podido apoyar su último álbum como es debido, continuando el set con esa fuerte apuesta por su era post-retorno a través de la sensacional "Arrows of Agony", que seguramente, sea uno de los mejores cortes que la banda ha compuesto en su corta carrera (discográficamente hablando).
Representando a su debut cayó "Goin's Blade", volviendo al presente con "Sun in My Hand", demostrando el fuelle del que todavía hacen uso, sin que temas con tanto lapso de tiempo de tiempo entre sus respectivas ediciones, desentonen lo más mínimo en el repertorio, pues siendo las finales "Death By Hanging", primer tema de su primer disco, y el tema de apertura de su Victims of Deception (es decir, "Hypnotized"), no me parece a mi que desaprovechasen su poco tiempo disponible, repartiendo su selección de temas entre sus dos etapas. Algo positivo quiere decir, y es que la banda tiene cuerda para rato, y las caras de felicidad de los que llegaron a verlos fueron la muestra de ello.
Pero el poco espacio para Heathen era un claro signo de que alguien se quería comer un trozo más grande del pastel...y cuando son Exodus los que quieren tener ese privilegio, hay que concedérselo, amigos. Aunque en su última visita fuesen el vértice más débil del triángulo (en aquella ocasión Death Angel fueron rival para todos), querían la revancha, y ya ves si la tuvieron...pues con un telón con su clásico logo presidiendo el escenario, los de Gary Holt salieron en killer mode, disfrutando por ende, de un sonido espectacular, una energía contagiosa y gran acierto en muchos aspectos del show. Empezar aniquilando con "The Beatings Will Continue (Until Morale Improves)" de su Persona Non Grata, no es algo de lo que puedan presumir muchas bandas...sin morir en el intento. Steve "Zetro" Souza, con un mejor estado físico que en años atrás, y esa voz de rata rabiosa tan particular, transmitió mucha mala baba desde el minuto uno (algo que con Rob Dukes siempre estaba asegurado...todo sea dicho). El como suenan Gary Holt y Lee Altus es de ser los abusones del cole...¡asesinos!. Pero joder...que viniendo después un monstruo a dar sus lecciones como Lombardo, y el señor Tom Hunting no palidezca frente a el, tiene mucho mérito...¡qué manera de pegar a su kit!. Junto a Jack Gibson es uno de los mejores combos para formar barreras antibombas del thrash metal. Claro que con una entrada con mejor aspecto, y la gente muy metida en la dinámica del show, sigue siendo de creerse un matón de patio el continuar con "A Lesson in Violence"...¡qué sinvergüenzas estos veteranos!. Saben como tocar nuestro corazoncito más agresivo, primitivo y animal. Menudo show se estaban marcando, claro que "Blood In, Blood Out" de su penúltimo castañazo, no es que sea precisamente para dejar que se calmen los ánimos. Y si hay algo positivo de que haga ya unos cuantos meses de que saliese a la venta su nueva artillería (un Persona Non Grata incontestable), es que ya tenemos completamente interiorizados zambombazos como "The Years of Death and Dying", que sonó de auténtica locura, reivindicando, una vez más (si me lo permitís...y si no, también), a Gary Holt como uno de los guitarristas más técnicos, originales, profesionales y personales de la escena. Los recursos que usa con su guitarra no tienen fin, y eso que su muñeca no para de echar humo durante todo el show. Para quitarse el sombrero.
"Deathphetamine" de Shovel Headed Kill Machine es perfectamente defendido por Souza (quien lucía su mítico chaleco con multitud de parches a cual más llamativo, como los que lució de Creepshow), a pesar de que la original la cantó el chungo de Dukes, mientras que nos hicieron viajar poco después hacia el año de edición de Tempo of the Damned...uno de los mejores álbumes de thrash metal de las últimas dos décadas, y sin discusión posible, de su discografía. Y su guiño hacia él fue "Blacklist", tema que contiene uno de los mejores riffs de la historia para no parar de hacer headbanging y brindarnos un momento colosal, que no dio tregua en ningún momento, especialmente si tocas la fibra de tu público, y te marcas un "Piranha" casi amenazante, observando como gran parte del público no paraba de gozar del mosh, y el otro resto menear sus cabezas como posesos. Y tras "Prescribing Horror" de su última obra, la hecatombe llegó con un final marcado por "Bonded By Blood" (sin palabras, por siempre...como cuando cae un "Hell Awaits" en un concierto de Slayer. Momentos de éxtasis los vivas una o mil veces), "The Toxic Waltz (con un guiño especial a Metallica interpretando los riffs de "Enter Sandman" y "Blackened"), despidiendo y ganando la batalla con un infaltable "Strike of the Beast", dejándonos a todos con las fuerzas bien justitas para el concierto de Testament. Y la sensación era aquella de "no te pido que me lo superes...¡iguálamelo!", con lo que la "deuda" generada hace dos años, cuando no estuvieron tan sumamente acertados, ya está completamente saldada.
Llegó el reencuentro con Testament, y la antesala y pretexto eran los mismos que hace un par de años. Telón de su Titans of Creation, algún motivo del álbum repartido por el escenario, y todo preparado para el apocalipsis, con la única diferencia de que esta vez tras el kit de batería el arma era más letal si cabe que en la última fase..."the one and only" Dave Lombardo. Toda una institución que se unía a una de las bandas más en forma del metal de todos los tiempos. Solvencia, potencia...Testament.
Comienzan a repartir tras comenzar el show con la outro de su último disco, "Catacombs", para atacar sin aviso con "Rise Up" de su Dark Roots of Earh. El sonido, al menos desde que el mundo es mundo y servidor ha tenido ocasión de poder ver a la banda, es compacto, poderoso y perfectamente ecualizado. Un hurra por los técnicos de Testament, que siempre logran que clasicazos como "The New Order" suenen a lo que tienen que sonar, es decir, a verdadero thrash técnico, sin perder matices y dejando que Peterson, Skolnick, DiGiorgio, Lombardo y el gigante Chuck Billy se explayen y puedan derrochar el gigantesco potencial que tienen como unidad y como músicos individuales. Pocos rivales pueden hacerles sombra, incluso de los más laureados a nivel mundial. Esas luces azules, rojas y verdes que dominan el escenario hacen que nuevos clásicos como "The Pale King" sean suficiente motivo como para poner la sala patas arriba, o al menos, a todos los que allí nos agolpábamos, que llenamos más de medio habitáculo. Con nuevas apuestas como "Children of the Next Level" veo casi imposible que el trono les sea arrebatado...¡cómo suenan!. Billy juega con su micro todo el rato, quedándose el techo de La Riviera bajo para su tamaño, y los dos magos de las seis cuerdas se mantienen muy sobrios, comunicativos y visuales, especialmente Alex, quien es un amante de la pose con su guitarra, y nos hace gozar de imágenes que se quedan en la retina. En el caso de Lombardo en el tímpano, ya que, enterrado entre su kit, nos dio toda una masterclass de cómo darle a los parches, mostrando una camaradería y buen rollo tremendos con sus compañeros, dirigiéndose en castellano además a su público. Todo un icono que se mostró humano y cercano.
Empieza la vista hacia atrás y "Practice What You Preach" es un verdadero tsunami que arrasa todo lo que ve. El nivel exigente de la canción es plenamente cubierto en directo, mientras que el sonido del concierto acompaña en todo momento a semejante talento, así como el entregado público, que no duda en aceptar la ofrenda, mientras que la más actual "WWIII" sirve para que reconozcamos la salud de hierro de la banda, que nos sigue entregando trallazos como este, incluso con una pandemia cercana...aunque el caos no se siembra del todo hasta que no cae algún hit de la época The Gathering / Demonic, y esta vez le tocó el turno al primero con la salvaje, casi death-metalera, "D.N.R."...¡menudos riffs!. Aplastante y extasiante, no menos que uno de sus nuevos clásicos, y es que "Night of the Witch" es adrenalina pura, con Peterson escupiendo las voces de bruja del estribillo, y el resto de la formación a full gas, mirando hacia atrás...hacia la reunión, con la veloz "The Formation of Damnation", coreada y celebrada por todos, antes del solo de bajo de DiGiorgio, que sirvió como preámbulo de la técnica e intensa "Souls of Black".
Corto se nos hizo, pero ya llevábamos un buen rato de diversión thrasher cuando empezaron a caer los bises...esos acertados elegidos, BSO de nuestras vidas que todos deseábamos, con los que los americanos la liaron parda del todo. "First Strike Is Deadly" no faltó, como tampoco lo hizo el clásico de clásicos "Over The Wall", que retumbó por todo Madrid, dando por finalizada la misa con "Into the Pit", y como no, "Alone in the Dark", conformando un set equilibrado, lleno de puro thrash y mejores interpretaciones. ¿Que os faltó algún disparo?...¡claro!. Me encantaría que diesen cancha a L.O.W. o The Ritual, pero su set no es precisamente escaso, y creo que la elección de temas, centrándose en presentar la nueva etapa, no hace sino afianzar más si cabe una carrera realmente brillante.
Si el Big 4 te parecía cañero y pensabas que aquello era lo más heavy del barrio, agárrate los machos, porque aquí hubo tralla para dar, repartir, sortear y regalar. Una noche única, inolvidable, que nos hace recordar el por qué el thrash metal nos remueve tanto la sangre.
José Rojo
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