Qué ganas había de ver a Sôber en la capital, y qué ganas de hacerlo tal como lo hicimos, es decir, en un emplazamiento de primer nivel como Las Ventas, completamente lleno en su versión carpa, y en un contexto tan especial como el del XXX aniversario de la banda, rodeado de todos aquellos músicos que, de alguna manera, alguna vez, han formado parte del triángulo Sôber, Savia y Skizoo. El propio Antonio Bernardini nos hablaba maravillas del evento días antes, y allí estábamos, sin teloneros que nos hiciesen mitigar el ansia, en Madrid, frente a un escenario perfectamente vestido con dos pantallas laterales, una central detrás de la batería, varias menores a los pies de la tarima, el propio kit de Manuel Reyes presidiéndo, y uno de menor tamaño a un lado del escenario, para sorpresa de todos. Todo muy "sobrio", en orden...aunque también estaba todo tan bien encauzado y atado unos años atrás, cuando una atmósfera parecida envolvió un concierto que fue preámbulo de una hecatombe llamada pandemia. Pero ahora somos libres, hemos sobrevivido a muchas adversidades, y, a pesar de la lluviosa tarde que se preparaba en Madrid, el positivimo se respiraba en la capital. Retorcidos ya estaba en la calle, y la banda lleva unos días de promoción, pero seguro que han venido a por todas...Sôber son un valor seguro, están dos pasos por delante, y está por la primera vez que ni tan siquiera rocen mi decepción. Más bien todo lo contrario. Siempre han ido a más, y la que habían liado esta tarde para la ocasión, es prueba de su hambre de evolución...de querer seguir adelante. De cumplir otros treinta años en activo si es necesario.


Sin retrasos, tras sonar esa prueba de fuego para los bafles como es "Back in Black" de AC/DC, la banda saltaba al escenario tras "Amosis" y su nuevo look sonoro, con "La Prisión del Placer". Amigos...la perfección, existe, y si hay alguien que os diga que es de rigor utilizar tres temas para que todo empiece a sonar impoluto e impecable, es mentira. Los madrileños sonaron de once desde los primeros acordes, y no dejaron títere con cabeza durante un largo medley que, adornado con preciosas imágenes en pantalla y un juego de luces de escándalo, abarcaba un primer tramo de show incendiario, cargado de emociones, recuerdos, melodías y estribillos imborrables como los de "Loco", la intensa y pesimista "Vacío" de Synthesis, la pesada y durísima "La Araña" de Superbia, o su tema de vuelta a la palestra, "Sombras"...¡madre mía!...un no parar de sensaciones, que eran capitaneadas por un Carlos pletórico, una dupla precisa como pocas conformada por Jorge y Antonio, y LA BESTIA a la batería...un Manu Reyes estratosférico, a nivel de los astros más nombrados de nuestra historia musical reciente. Increíble inicio.

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Por supuesto, todos los que crecimos junto a Sôber, vivimos aquella maravillosa época en la que la escisión en alguna de sus dos formas, reinaba las portadas de las revistas y cabeceras de los principales portales de internet, y sabías que si el nombre de Savia o Skizoo aparecía en ellas, había algo interesante detrás...¿eras más de unos, o de otros?, ¿o quizás de los dos?. En lo personal me identifiqué mucho con la dureza de Skizoo, pero Savia, igualmente, tenían ese sonido inconfundible de Carlos. Quiero decir...que si habías sido amante de la banda madre, poco o nada había que reprochar a dos de los proyectos más potentes que ha habido en nuestra escena musical, con lo que ver reunidos a los miembros de los vértices del triángulo en el escenario, era un sueño cumplido, una vez más. Tras algún pequeño ajuste de atrezo que se iría intercalando canción a canción a partir de ahora, irían alternándose Skizoo, con Morti y Jesus Pulido en escena, con Savia. Ufff...¡qué ganas!. Desde que Morti puso el pie en el escenario con "Solo Estás Tú" del maravilloso debut, y abrió los brazos para cantarla, su cabello rosa quedó en una anécdota, eclipsado tan solo por su increíble e intacta voz...¡qué carisma!. Disfrutamos de lo lindo, y el propio Morti alucinó con la reacción general de unos fans realmente agradecidos. No era para menos...y así lo supo Carlos que, sombrero de paja sobre su tejado, nos avasalló con "Derrotado" de su segundo trabajo, con la correspondiente respuesta de Skizoo a través de "Habrá Que Olvidar". Una pelea de hermanos que fue sucediendo de la mejor de las maneras, para satisfacción de todos. Carlos presentaba "el primer tema de su primer álbum"...una equivocación la tiene cualquiera, porque "Un Año" abría aquel magno trabajo, y no "Insensible" que sonó apisonando, con fuerza, energía y colosal. Majestuoso, no menos que todo lo que vino después. Primero, el logo de Skizoo, después, el de Savia, y frente a ellos, nuestra emoción...una montaña rusa de sentimientos aglutinados. Un regalo.


Ya tardaba en caer la que, para servidor, es la mejor composición de Skizoo, y "Dame Aire" de Incerteza sonó pesadísimo, preciso y con alma, como el propio canto de Savia al mayor optimismo de la persona con "Fragile" de su tercer y último trabajo. "Algún Día", "Immortal", el single "Renuncia al Sol"...podríamos enumerarlas todas, y a nadie se le ocurrirá no enlazarlas mentalmente, y separarlas enemistadas. Todo son maravillas sonoras en torno a Sôber, que cantamos a grito pelado, y que disfrutamos como si la noche, esta noche, nuestra noche de Las Ventas, fuese la última. La comunión con el público estaba siendo casi litúrgica, y el mal tiempo se había olvidado por completo. Por supuesto, no faltó el momento acústico para cada una de las formaciones con "No Todo Está Perdido", en la que la voz de Morti nos sobrecogió el corazón, y "Agua Para tu Sed" de Savia, generando la misma emoción, con sabor diferente y culminando el maratón, que no competición, de ambas bandas, que tras esta noche mágica, quedará registrado en nuestras retinas y oídos por mucho tiempo.


No penséis que se iban a conformar con lo acontecido. La preciosa "Eclipse" de Elegía, ya con Sôber al completo de nuevo, y en formato acústico, nos dejó uno de los momentos clave de la noche, ante una de las mejores letras que se han compuesto en el rock español en los últimos diez años, para proseguir con un sprint de clásicos conformado por composiciones de la talla de la pesadísima "Vulcano", "El Día de la Liberación" cuyos toques sinfónicos partieron las membranas del equipo de sonido, "Tic Tac" o la archiconocida "La Nube"...nada de respiros, ni para ellos, ni para nosotros. Un viaje en el tiempo, que quisieron compartir con los asistentes de un modo tan especial como el que se estaba viviendo. Tras la magnífica y grandiosa "El Hombre de Hielo", como tema clave de Reddo, invitaron a Charly Pérez de Bon Vivant para rememorar la regrabación de "Brazos Altos, Caras Bajas" que sonó actual, integrada en el set y totalmente acorde, mientras que, poco a poco, se iba agotando el tiempo (que no la energía). Cayeron bombas actuales como "Verona", o la nueva "Hijos del Miedo", que vivimos en primera persona con gran orgullo, aunque la nostalgia es dueña de la noche, y "Diez Años" da pistoletazo a un viaje sin retorno...público volcado, banda visiblemente emocionada...¿algo más?. Manu y Carlos juegan, para sorpresa de todos, a batirse en duelo tras sus correspondientes kits de batería, como ya hiciesen Hetfield y Ulrich en Live Shit. Ojo, que Carlos no es manco, y hay que tenerlos bien puestos para seguir al maestro Reyes. Con el subidón del momentazo, la banda se disponía a dejar más alto el listón con "Estrella Polar" cantada por Carlos entre el mar de público, con la correspondiente emoción generalizada que un instante así supone y genera. Todo terminó de explotar por los aires con Morti como invitado, y una sucesión de recuerdos imborrables compuesta por "Arrepentido", "Tiempo" y "Naúfrago", que, cañonazos al aire, pusieron fin a un concierto inigualable e irrepetible, que posiciona a Sôber en un podio todavía más alto del que ya estaban.


Treinta años, tres horas y media de show y un espectáculo visual y sonoro sin precedentes...¿alguien da más?. Si te gusta la banda e hiciste pereza a la hora de acercarte a Las Ventas, cometiste un grave error, colega. Lo de Sôber en Las Ventas fueron palabras mayores. Alberto sonrió esta noche...estoy seguro.







José Rojo

Crónicas

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