Eran más o menos las siete de la tarde cuando Miguel Egun y un servidor caminábamos hacia la sala La Riviera para cubrir el show de una de las bandas de metal progresivo mas potentes…Shymphony X; segundos antes de entrar, nos encontramos a Russel Allen en un paso de peatones con pantalones cortos y camiseta, caminando hacia el cercano parque de Atenas para echar unas fotos y darse una vuelta por los alrededores de la sala, antes de su apoteósica actuación. Tras saludarle y mostrarnos su simpatía sacándonos los cuernos y gritando con su portentosa voz “METAAAAL” accedimos a la sala entre risas, pero entre esas risas le dije a mi compañero Miguel… “Este tío se va a salir hoy” …Vaya que si lo hizo…

Lo primero que me llamó la atención al entrar fue la escasa gente que se había congregado allí a esas horas. Al entrar pudimos ver que los germanos Dreamscape ya estaban descargando con Mischa Mang al frente. Pocas conclusiones pudimos sacar en tan poco tiempo, menos de treinta minutos de show, donde apenas pudieron presentar su último LP 5th Season. Una pena porque en ese tiempo lo dieron todo, lástima que la guitarra de Wolfgan Kerinnis tuviera un sonido pésimo en comparación con el resto de la banda. Se despidieron entre aplausos de los pocos que estábamos allí e inmediatamente se metieron a camerinos. Pocos minutos después, saltaron a escena uno de los grandes de la noche…

Llevábamos avisándolo mucho tiempo desde MetalZone; Circus Maximus era una banda muy a tener en cuenta. Sus discos de estudio han sido un soplo de aire fresco en el mundo del metal progresivo y cuentan con una calidad impresionante. Su directo fue atronador; saltaron a escena con el trallazo que abre su disco Isolate; con “A Darkened Mind” dieron el pistoletazo de salida con su vocalista Michael Eriksen a la cabeza, quien me dejó un poco frío a veces cuando no le daba la gana, porque podía, subir a los tonos más altos de sus canciones, aunque he de quitarme el sombrero con el resto de componentes en los coros porque todos, sin excepción, se metían de lleno en las partes que tocaban.



Mención especial para su batería, Truls Haugen, que tiene un vozarrón igual de bueno que su cantante. La potente “A Darkened Mind” dejó paso a “Abyss”, otra canción de su segundo álbum Isolate. “Abyss” tuvo un sonido mucho más decente que el anterior tema, arreglando sobretodo el sonido del teclado de Lasse Finbråten a la hora de llegar a su pequeño pero espectacular solo. Continuaron con la oscura “Wither”, cuyos tintes hardrockeros a mitad de la canción ya terminaron de descuadrar al respetable y fue el momento en el que se metieron al público en el bolsillo.

Sin tiempo para pararse a pensar demasiado, Michael anunció el que para mí es el mayor cañonazo que tienen: “Sin”. La canción que abre su majestuoso 1st Chapter dejó, de verdad, alucinando a todo el mundo. El tema fue ejecutado a la perfección por todos los músicos salvo Michael, que nos dejó sin ese grito final que tiene la canción antes de que las guitarras más rudas den por concluido el tema. Soberbio y majestuoso.



La poca gente que nos juntamos en la sala nos dejamos las manos aplaudiendo a la banda que continuaron con temazos como la hardrockera “Arrival of Love” genialmente ejecutada, una canción que no habían tocado anteriormente en la gira y que fue muy bien recibida, a pesar de que la gente no la conocía. Continuaron con la segunda canción de su primer álbum “Alive” con las increíbles mezclas de buen Hard Rock y metal progresivo que hicieron las delicias del respetable y dieron carpetazo a su actuación con la preciosa “Ultimate Sacrifice” que cerró un show brutal por parte de los Noruegos. La ovación, a pesar de la escasez de público en comparación con otros conciertos en la misma sala, fue sonora y sincera, Habían triunfado en Madrid y sobretodo se habían dado a conocer a aquellos que no sabían de ellos.

Nos lamentamos profundamente de que no contasen con más tiempo, que se dejaron en el tinteros temas como “Glory of the Empire”, las colosales instrumentales “Biosfera” y “Sane no More” o auténticos himnos como “Mouth of Madness” o “The 1st Chapter”. Espero que su show les abra las puertas al gran público en nuestro país.

Durante el show de Symphony X pudimos hablar con su cantante, Michael, que nos comentó sus positivas impresiones sobre su paso por España y que pronto nos deleitarían con nuevos temas de estudio. Un 10 para ellos y su show.

El momento que todos esperaban llegó poco después de que Circus Maximus cerrase su show. Los norteamericanos no se hicieron mucho de rogar y tras sonar por megafonía su grandiosa introducción “Oculus ex inferni”, dejaron caer sin compasión su cañonazo “Set The World On Fire” de su último álbum Paradise Lost. La ejecución del tema fue perfecta y Michael Romeo comenzaba a hacer sus filigranas con la guitarra que dejaron boquiabierto a más de uno, pero el nombre que más destaca sobre ellos es el de Russel Allen, que desde el primer momento dejó claro que es uno de los mejores cantantes que hay actualmente. El poderío de su voz, cambiando registros sin el más mínimo esfuerzo, dejó a la gente alucinando. Russel, como en toda la noche, dejando claro que él mandaba. Intratable.


“LePond” y su asombrosa destreza al bajo abrió el segundo tema de la noche, “Domination”, perfectamente ejecutada salvo por los teclados de Pinnella, que fue uno de los pocos puntos negativos de la noche, dado que no se le escuchaba muy bien, su sonido estaba muy por debajo que sus compañeros.

“Serpent’s Kiss” fue el siguiente en sonar, mucho más tranquilo que Domination; lo más destacable fue el solo que se marcó Romeo haciendo sus mil y una filigranas, aunque se le vio demasiado quieto, no se movió de un lado a otro del escenario ni una vez en todo el concierto.


La preciosa “Paradise Lost” fue una de las que mejores sonaron en toda la noche, justo después de que Allen nos deleitase él solo con su ya usado cuatro meses antes en su paso por la capital con Dream Theater “María, María… MARIAAAAA…” . Increíblemente bien llevada en directo, con Jason Rullo perfecto en la batería y esta vez sí, Pinnella demostrando ya con buen sonido que es un pedazo de teclista, preciosa y emotiva. Sobraría decir que Russel Allen canta lo que quiere y como quiere, y es que el Californiano dejó una interpretación antológica del tema. Increíble.



La gente se sorprendió sobremanera cuando Michael Romeo dio los primeros acordes de la genial “The Damnation Game”. En estos tiempos es difícil que las bandas sorprendan con el set-list, pero esta vez la sorpresa que dieron fue muy agradecida por el público. Mucho mejor que en estudio, lo bordaron Romeo y Allen. Continuaron con el temazo “Through the Looking Glass” de su estupendo Twilight in Olympus y enlazaron, apenas unos segundos después de que Allen se llevase una de las ovaciones de la noche, con “Inferno” del colosal Odyssey. Los riffs de Romeo, que se lució en este tema, no fueron suficientes para que el tipo se despegase un poco de su lado del escenario, una pena porque Allen animaba al público permanentemente y era el único de todos ellos que no estaba haciendo la estatua.

La caña no acababa aquí, pues “Smoke and Mirrors” hizo que el público dedicase una gran ovación, que no paró de moverse ni de cantar el tema. Acojonante, repito, acojonante, lo de Russel Allen en este tema, sin parar de moverse de un lado a otro, desgarrándose la voz… Buff, increíble.



Llegaba el turno del último tema de su álbum Paradise Lost, “Revelation”, que sin desmerecer la actuación, no caló mucho en la gente hasta que en los momentos finales de la misma la enlazaron con la parte final de la impresionante “Divine Wings of Tragedy”, y he de decir que me pareció un error a pesar de que la gente corease cada acorde y cada cambio, pues esta canción deberían haberla tocado íntegramente a pesar de su extensa duración.


Los músicos se retiraron para hacer el primer y último bis de la noche, mientras los presentes pedían a gritos… “Odyssey, Odyssey…” Hasta que salió Russel con una sonrisilla y dijo, literalmente y en castellano:


“En España como mucha carne… cada vez que vengo, como mucha mucha carne y ahora mismo tengo el diablo en el culo”, señalándose el culo con el dedo. La gente se descojonaba y entonces fue cuando dio la mala noticia “no podemos tocar Odyssey, lo siento; nos van a cerrar la sala porque ahora tienen que venir a…” y se puso a bailar bacalao imitando con la voz la música. La gente se descojonaba por un lado y por otro silbaban y protestaban a uno de los responsables de la sala, al que Allen señaló con el dedo y le dijo, en inglés “A tomar por culo, que os jodan”, lo que provocó numerosos aplausos.

Acto seguido tocaron la cañera “Eye of Seduction” de su último álbum y cerraron con la colosal “Of Sins and Shadows” de su Divine Wings of Tragedy.



Las conclusiones que saco de la noche son diversas. Por un lado me alegré muchísimo de que Circus Maximus encandilase al público madrileño, para mí fueron los grandes triunfadores de la noche en ese sentido. Después he de mencionar, como no una vez más, al COLOSAL Russel Allen, porque señores, este tío no hace justicia a su voz en los discos de estudio, y es que hay que verle en directo para escuchar el auténtico potencial que tiene.


La parte negativa de la noche fueron los escasos cuarenta minutos de Circus Maximus y el set list de Symphony X; donde eché de menos canciones como “Odyssey”, o alguna de su impresionante disco V, pero sobretodo he de lamentar la poca asistencia de público a la sala, apenas la mitad de aforo de la misma. Es cierto que vinieron hace cuatro meses, pero venían de teloneros de Dream Theater. Es cierto que tocó el día anterior Megadeth y que Stravaganzza gratis en Fuenabrada, Beethoven R. en la sala Live y KOMA en Heineken tocaban ese mismo día, pero fue muy triste ver tan poca gente en el concierto.


No quiero cerrar la crónica sin mencionar un detalle, quizá insignificante, pero señores de La Riviera, ustedes no pueden cobrar (bueno, sí que pueden) seis euros por un puñetero vaso de plastico de cerveza. Luego se quejarán de que no se consume, no me extraña.

En fin, me quedo con lo que fue, un gran concierto y un sonido demoledor de los americanos Symphony X. Espero que vuelvan pronto y esta vez sí, tengan una sala a reventar de gente, que se lo merecen.



Texto: Ita Navarro

Fotos: Miguel Egun


METALZONE 08/03/08



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Texto: Ita Navarro

Fotos: Miguel Egun
METALZONE 08-03-08

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