Que Guadalajara comienza a ser una ciudad con buenos eventos los fines de semana, no es sorpresa...y mucho tiene que ver que gente como los chicos de Sounds From The Deep se dediquen a intentar que haya entretenimiento en una ciudad en la que todos se conocen, de pequeño número de habitantes y hasta hace unos años, con una cultura rock escondida debajo de las piedras. Mucho ha costado ver el panorama metalero aflorar en la ciudad alcarreña, y desde luego, mucho más ha costado que las bandas de la ciudad comiencen a sonar por el resto del país. Guadalajara, existe, y así se demostró el pasado 11 de Octubre en la Sala Bumerang, en la que se daban cita las bandas locales Cabra Macabra, Khayman y los cada día más inmensos y grandes, Vita Imana.



Era de esperar que el aforo de Bumerang, con tal pepinazo sónico, se llenase, y así fué. Llegando con un poco de retraso por eso del desplazamiento, funciones vitales nocturnas y demás, ahí estaban Cabra Macabra repartiendo cera. Una banda emergente de Guadalajara que practica un metal que quizás no tenga una etiqueta concreta...digamos que son un híbrido de géneros en los que se combinan elementos clásicos, bases death, y un trasfondo oscuro y auténtico, repartiendo riffs demoledores, voces desgarradas y buenas maneras a tutiplén. Buena puesta en escena, sonido preciso y mucha tralla. Nada, Heavy Metal o la salvaje Santifícate son buena muestra de lo que Cabra Macabra pueden dar de sí. La conclusión de lo que pudimos vivir, fué la de estar viendo a una banda que, de seguir puliendo su estilo de cara a la grabación de un álbum, dará que hablar, sin lugar a dudas.



Tras Cabra Macabra y un descanso para ir a cenar para aquellos que no vivimos en la ciudad, Khayman repartían por doquier southern metal de calidad sobre las tablas de Bumerang, y lo hacían de un modo muy prometedor, con un sonido que sin llegar a ser perfecto, resultaba de buena factura, y una banda que parece estar engrasada e ilusionada con lo que presentan en vivo. A pesar de incluir a su nuevo miembro, Tato, su música repleta de metal "90's" de base thrash, y su distinguido sello "southern", la banda no titubeó ni un momento, desgranando temas de cosecha propia como Cutcock Lapdancer, God Is Reckneck o Rotten Land, donde las influencias de Pantera y todo lo que huela a Anselmo, son más que evidentes y palpables (más palpables se hacen si cabe con las versiones de bandas de Anselmo que se marcaron). La banda presentaba The Unbreakable Bonds Of Slavery, su nuevo ep, y lo hicieron de un modo muy profesional y eléctrico...una buena actuación que nos pone las cartas sobre la mesa sobre las intenciones que la banda expone para un futuro álbum.








Pero ya era hora...era hora del caos, la brutalidad sonora hecha perfección, la máquina perfecta, la locomotora de ritmos frenéticos...era la hora de Vita Imana. Tan sólo la presencia de la banda sobre un escenario, ya hace tiritar a los mismos bafles, y los micros y pantallas saldrían corriendo sólo de verles aparecer. Ahí estaban nuestros Vita, producto nacional 100% del cual sentirnos orgullosos...que tomen nota los guiris. Vita Imana han venido para quedarse, y para ponerlo todo patas arriba, y eso es lo que hicieron, literalmente en Bumerang. Con la sala quedándose pequeñísima para tal salvaje banda, la percusión de Myriam comprimida en zip, y un público dispuestísimo, comenzó a sonar Animal, el primer corte del magno Uluh. Un sonido del que deberían tomar nota muchos "grandes", fuera de la normalidad y sobrepasando los límites de calidad sobradamente. El chaval que cantaba parecía haberse comido a Javier Cardoso...ah no!!!. Que era el propio Javier, interpretando el tema con una fuerza y carisma que abruma. Caras, gestos de maldad, interacción con el público...saltos...todo es válido para Javier, y los gritos al son de "animaaaal" eran cada vez más maléficos.








Crudo Invierno fué la siguiente en caer, donde las primeras filas literalmente, fliparon en colores con la calidad que estaban derrochando los madrileños. Impresionante duo de hachas el que conforman Román y Puppy, que crean un sonido compacto y demoledor de cuerda, que junto con Pepe al bajo y la bombástica batería de Daniel, crean los ritmos perfectos, dignos de los dioses. De Myriam mejor no hablar...si las tribus hubiesen manejado las manos como ella, el heavy metal hubiese sido bastante anterior a los años 70, eso es seguro. Volvemos al pasado de En Otro Lugar con El Edén. Quedó bastante claro que la acogida de los dos discos de Vita Imana es igualitario. No hay tema que no mueva a sus fans y a las primeras filas. Y así se corrobora con una brutalísima Parásito, que sonó con más fuerza si cabe que en el propio álbum. Gondwana fué una de las que más disfrutamos todos, y es que este tema es un himno de la banda indiscutible...Cardoso no para de agarrar los cráneos de las primeras filas para cantar al unísono con sus fieles seguidores, y los "mosh-pit" comienzan a tener cabida en el concierto.








Siguieron En Otro Lugar con Nada Por Tí, otro trallazo por el que los mismos Cavalera deberían arrodillarse...impresionante interpretación que se vió acompañada de Oculto y Cuando Despierta, donde el show ya había conseguido el calificativo de sobresaliente. Volvimos a los mundos de "Uluh" con la machacacuellos Corpus. A estas alturas Cardoso ya estaba en un desenfreno, y el público ya no sabía si estaba en Bumerang o en una jungla de salvajismo. Y poco después, Javier recibió un golpe inesperado e involuntario en su ceja al acercarse al público, que le causó una gran herida en su ceja izquierda...con la sorpresa de no detener el show y continuar con su ceja supurando sangre, y sin importarle otra cosa que no fuese la de ofrecer un espectáculo sublime. Una lección de profesionalidad, humildad y buen rollo.









No faltó un tramo en el que, todos con jembés y percusión a mano, nos ofrecieron una "batucada" metálica de altura, y el final del concierto se conformó de artillería pesada como la pesada Cráneo, su himno Romper Con Todo, donde se desataron avalanchas que desembocaron en un mosh impresionante, que incluso animaron a bajar en los siguientes temas a Javier a "pelearse" con su público. No faltaron Sistema Nervioso, de nuevo recordando su primer desomunal álbum, la frenética Un Nuevo Sol, y para dejarnos a todos destrozados, Paranoia y Quizá No Sea Nadie, con un personal ya demolido pero con ganas de más, con aganchada general, y buenas palabras por parte de la banda. Una representación amplia de sus dos discos, y aún así, hubiésemos soportado otras 3 horas de puro "vita".








Si esto sólo fué una antesala del concierto de fin de gira que la banda ofrecerá en Madrid, no quiero imaginar la que se nos viene encima. La banda podrá igualar esta actuación, pero no superarla. Demostraron que el recinto da igual...sólo vale su música, su público y su fiereza.










Impresionantes Vita Imana.



Crónica: José Rojo
Fotografías: Cristina Morales

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