ZAKK WYLDE - SALA LA RIVIERA (MADRID 13/06/2016)
Hay conciertos que se quedan grabados en la retina por algo en especial, y la gira que Zakk Wylde tenía programada por nuestro país tenía todas las papeletas de convertirse en uno de esos momentos únicos que personalmente, a mi me encanta disfrutar, sintiendo que has presenciado algo que no será fácil volver a ver. Verlo alejado de sus Black Label Society en un ambiente sosegado es un aliciente de mucho peso y más que una excusa para acercarse a los conciertos especiales que nos ofrecía el afamado guitarrista americano…y si además como premisa tenemos un Book Of Shadows en sendas partes ocupando la totalidad del set, que queréis que os diga…de cabeza que vamos!. No obstante me hubiese gustado además un poco de material de Pride & Glory que para nada desentonaba con la propuesta, pero como en el mundo de la música el creador, es el que elige aunque sólo sea en estos menesteres, pues aquí habría poco que discutir, sin ser esto un impedimento para el desarrollo del enorme show que pudimos disfrutar, primeramente por parte de un Jared James Nichols que nos metió en harina (como ya hiciese tiempo atrás acompañando a Glenn Hughes, por cierto) desde el minuto cero a base de un sonido escandalosamente nítido, solos de guitarra con sabor clásico, voz aguardentosa de calidad, una propuesta de country rock, blues y hard muy atractiva, interacción con el público, y haciendo además guiños al maestro usando alguna de sus guitarras de nueva marca Wylde Guitars…momentazo, y para muchos, descubrimiento digno de futuro seguimiento.
Siguiendo todo ello en el candelero con la vela bien encendida y con un atrezzo lleno de árboles y sobriedad, siguió el asunto por el mismo camino iniciado, cuando el propio Zakk salta a escena sombrero en cráneo, con un juego de luces espectacular y una banda de lo más acertada para la ocasión (compuesta por los propios BLS, teniendo como mano derecha a Dario Lorina acompañándole con su estilo calcado al del maestro, con gran soltura y mucho feeling, así como John DeServio al bajo y Jeff Fabb a la batería). El sonido era cristalino y empezar el show con Sold My Soul subido en un pedestal con su impactante imagen no deja lugar a dudas…intensidad, calidad y quizás para muchos, aburrido, aunque os puedo garantizar que a mi no se me hizo denso en ningún momento el concierto, sino más bien todo lo contrario. Sabíamos a lo que veníamos…aquí no íbamos a ver rockear a Wylde como ya lo hemos hecho en otras ocasiones con Ozzy o su banda madre. Aquí veríamos un show íntimo, pausado, creado para degustar ese sabor country/rock/blues al que siempre huele Zakk. Y si te gustan gente como ZZ Top, Lynyrd Skynyrd o Molly Hatchet, esto lo disfrutas si o si. Puro sentimiento sureño, y unos solos emocionantes que se alargarían hasta el infinito, dejando volar nuestra imaginación en cada nota y cada paso que los dedos de Zakk daban por el mástil. Y que decir de una voz que, sin florituras, suena a gloria en vivo, y te hace sentir, vibrar y disfrutar.
Desde luego, nadie puede negar el magnetismo de piezas como Tears Of December, Road Back Home y otras muchas gemas que cayeron de Book Of Shadows. Que sí…que adoramos piezas como In This River, que hubiese quedado de auténtico lujo, pero esto es otra historia, amigos. Y si en otras crónicas os describo paso a paso cada tema del show, en esta ocasión os diré que aquellos que sabéis lo que se respira en los discos de Zakk sin otra denominación tras su nombre, se huele en cada uno de los temas, e incluso siendo todos cortados por el mismo patrón, si eres de los que disfruta de la fórmula, puedes estar dándole al play a lo mismo durante horas. Aunque también entiendo a aquellos que bostezaron, que probablemente serían aquellos que quieren la faceta más ruda de Wylde frente a ellos. Yo no me encuentro entre ellos aunque adore toda su trayectoria, y viví un momento que probablemente se me hizo incluso corto.
Momentos vocales como el de Way Beyond Empty lograban erizar el vello, y otros como Eyes of Burden sólo fueron marcando un camino tan repleto de calidad interpretativa que incluso parecía estar escuchando el disco en la sala, incluso en sus “momentos piano”, si no fuese porque cada vez que Zakk encaraba un solo, improvisaba fragmentos sonoros únicos, dejándonos a todos con la boca abierta. Incluso en Throwin’ It All Away se tomó la libertad de bajar entre el público, y rodeado de seguridad, marcarse un solo de más de 5 minutos a escasos metros de nosotros, creando en la sala una sensación de hermanamiento y cercanía que en pocos shows se pueden dar. Incluso Lost Prayer y Sleeping Dogs, aun marcando el final, nos hacían presagiar que el momento único a muchos se nos hacía un tanto breve.
Ante los comentarios escuchados tras el show, puedo decir que hay que estar totalmente informado de lo que vas a ver antes de pagar una entrada, y es que si realmente vas a sabiendas de que sólo disfrutarás de material de los Book Of Shadows I y II, sabes que saldrás como yo salí de la sala La Riviera, es decir, encantado. Gran set, la estrella en su máxima expresión, y una calidez que pocos artistas logran con material tan poco dado al movimiento.
¿Cuántos años tardaremos en ver a Zakk Wylde en este formato?. Espero que sea más pronto que tarde…y hasta entonces, ahora sí, a esperar el nuevo material de Black Label Society.
Selist completo:
Crónica y fotografías: José Rojo.
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