Cierra los ojos, piensa en un setlist de ensueño y pon tus sentidos en marcha...Los Ángeles tenían el olor que invadió la sala Mon Live madrileña el pasado 27 de Mayo. Una cita en la que aquellos que amamos aquella escena la teníamos marcada en rojo vivo en el calendario, en la que había muy poco margen de error. Skid Row volvían a la capital, sin disco nuevo, solamente a divertirnos a través de clásicos, y si tenemos en cuenta que trabajos como Skid Row o Slave to the Grind están plagados de clásicos, la diversión estaba garantizada al 100%, incluso si el set lo hubiese tocado una banda de versiones, el cual además, no era el caso. Un conjunto de trallazos así, son para montar una fiesta, suenen de mano de quien suenen.



La sala pudo verse a algo más de tres cuartos de aforo y los alemanes Double Crush Syndrome fueron la baza perfecta para calentar los motores de los asistentes más tempranos, ofreciendo imagen, actitud, buen sonido y unos temas que mueven cimientos. Se trata de tres alemanazos armados únicamente con sus hachas, y una actitud punk-rock muy marcada como ya usan otros conocidos de la escena como Hardcore Superstar o Backyard Babies, pero con un toque más moderno descrito por su propio vocalista Andy Brings como "una banda de rock real, con vuelta a la autenticidad". No le faltó razón y temas como "She! Pistol!" o "Blood on my Shirt" de su único trabajo Die for Rock n’ Roll son todo lo que un verdadero fanboy de Skid Row podría esperar, con lo que resultó el caso perfecto de comunión entre telonero y banda cabecera, no como en otras ocasiones en las que podemos ver formaciones acompañantes totalmente opuestas a la propuesta principal de la velada. Esta vez Madness Live! dió en el clavo y acertaron de lleno...si señor.



Para que os hagáis una ligera idea de si eran dignos de honor o no, incluso en las costillas de Andy se podía leer la frase Youth Gone Wild, lo que nos hizo pensar que además los alemanes vivían un sueño siendo los special guest de Skid Row. Con lo cual, nada que objetar ante mucha interacción con el público, un estilo manido pero siempre divertido y una banda totalmente engrasada que supo lo que los asistentes esperan de un grupo acompañante. Pero como en todo concierto (o casi todo...pues no siempre es una regla de oro), ya estábamos deseando ver a los protagonistas en escena, y poco tardaron en asentarse Skid Row sobre las tablas, con un simple telón de fondo, y un juego de luces limitado pero cumplidor. La simple presencia de Rachel Bolan, Dave Sabo "Snake" y Scotti Hill ya es motivo de celebración, componen una cita de total obligación y uno de los momentos más esperados del año para los sleazers más exigentes. La gran pregunta era, ¿ZP sería apto para el puesto de voceras de tal magna criatura?...cubrir el puesto de Sebastian Bach, Tony Harnell e incluso Solinger, no es tarea nada fácil, hermano, y ZP (ex-Dragonforce) salió, no sólo airoso, sino que me atrevo a decir que no cambiaría a los actuales Skid Row por una nueva versión con Sebastian Bach, cuyo estado vocal no es del todo óptimo para ciertos momentos que ZP bordó, y seguramente me llamaréis exagerado, pero no sólo hubo actitud, simpatía hacia su público y sonrisas en todo momento, sino un chorro vocal realmente impresionante e imponente que dudo mucho que Bach pudiese superar en este momento.



"Slave to the Grind" empezó salvaje, arrolladora y con una sala ansiosa por ver como se las gasta la banda. Sabo, cadena en cara (si...todavía la conserva!), no paraba de dirigirse a las primeras filas, y hace que la estética de la banda aún luzca cuidada. Es desde el momento en que empiezan las primeras frases cuando nos damos cuenta de que ZP no se limita a hacer covers de segunda de los clásicos de Sebastian, sino que los lleva a su terreno, dando a entender que ha mamado cada nota de los temas, bordando absolutamente cada palabra y cada susurro. Y lo que más me gustó del show fue sin duda lo fidedignas que fueron las interpretaciones, respetando solos, tiempos y tonos. "Sweet Little Sister" fue el siguiente clásico en sonar, ya con la sala rendida ante una banda que venía a darlo absolutamente todo, y de forma genial. El clásico del debut no tardó en convertirse en uno de los momentos de la noche, cargado de buen rollo, cánticos por parte del público y actitud...mucha actitud, que siguieron derrochando en un "Piece of Me" igualmente bien interpretado y cargado de una fuerza que ya quisieran bandas con la mitad de edad que ellos.



Correcto, estaba pensando conforme iban pasando los temas...he venido a ver a Skid Row, y jamás pensaría que no echaría en falta a Sebastian Bach. Pensar eso puede parecer incluso descabellado, pero es lo que sentía si cerraba los ojos y me centraba en escuchar lo que salía por los bafles. Tras "Livin' on a Chain Gang", quizá una de las piezas menos laureadas de Slave to the Grind, que todos disfrutamos a tope, llegamos a un "Big Guns" que hizo gala de las exigencias vocales más extremas para ZP, sobrepasando el notable con gran soltura y mucho desparpajo en escena, sin olvidar a un Scotti Hill preciso y arrollador a las seis cuerdas, para llegar a "18 & Life", dejándonos una de las mejores interpretaciones de la noche a todos los niveles, calcando cada momento de la composición original y el personal gritando a pleno pulmón todos y cada uno de los pasajes del tema. Piel de gallina, voz espectacular (fan de Bach, además...se le nota a leguas), y si hubiese terminado aquí el show, ya nos hubiésemos quedado con un gran momento, pero...¿por qué terminar una fiesta semejante?. En poco más de 30 minutos ya nos tenían en el bolsillo, y continuó el despilfarro de clásicos. Tras dos apabullantes "Makin' a Mess" y la archiconocida "Rattlesnake Shake", llegó el momento de felicitarle el cumpleaños a un ZP pletórico, y que, sinceramente, esperemos cuaje en el seno de Skid Row, pudiendo escuchar composiciones en estudio con su aporte. Sería más que interesante...os lo garantizo.



Snake se atrevió, gorro en cráneo, a cantar un descomunal "Psycho Theraphy" de los Ramones, que nos encantó...más aquellos que tenemos cierto aprecio a aquel B-Sides Ourselves de portada vacilona y contenido más que interesante. Mientras, Madrid se preparaba para el momento de la noche...un "Quicksand Jesus" tan potente y bien interpretado que casi se podría decir que iguala a la versión en estudio. Bestial momentazo que muchos vivimos intensamente y que volveríamos a repetir sin pensarlo dos veces, para llegar un movido y alargado con solos "Monkey Business", que hizo tiritar las paredes de la pequeña sala como si allí fuésemos 10.000 y estuviésemos en un concierto multitudinario, largándose la banda unos segundos para recargar las pilas y volver para entregarnos unos bises. Pues para terminar su gira se reservaron cuatro trallazos como "I Remember You", con toda la sala viviéndola a tope, un "We Are the Damned" que cada vez llama más la atención, y cuya interpretación fue la única fuera de la discografía con Bach, sin desentonar en absoluto, la punkarra y desatada "Get the Fuck Out", y para despedirnos, con una menor en escena que estaba viendo a sus ídolos por primera vez, y con los miembros de Double Crush Syndrome acompañando a los Skid, dijeron adiós con la mano con un "Youth Gone Wild" demoledor, memorable y definitorio para el que para servidor fue uno de los grandes conciertos sleaze/angelinos de los últimos años.



Puede que peque de iluso, e incluso de optimista, pero de seguir por el ramal que demostraron en la sala Mon, y estabilizándose con ZP al micro, podemos hablar de una segunda juventud de Skid Row, tal como vivieron sin continuidad bandas como Ratt a la salida del gran Infestation (la cual se mermó con una nueva escisión de miembros). Ahora, sólo les queda sorprendernos con un buen lp en estudio y no bajar la guardia en sus espectáculos. De seguir así, tenemos Skid Row, y de los buenos, por mucho rato.



José Rojo

Colaboración fotografías: Carlos Burgos

Colaboración texto: CJRockenfield

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