HELLOWEEN
16 / 12 / 05
Divino Aqualung
Madrid





Eran casi las nueve de la noche cuando Álvaro Metal, Cris Avantasia y un servidor hicimos acto de presencia en la sala Divino Aqualung. Entre el aparcamiento y hacer cola para que nos cacheasen por si pasábamos una cámara se nos fue bastante tiempo, aunque al final casi supone un problema. Helloween estaba anunciado para las 21:20 horas, mucha gente se quedó fuera por este motivo, esperando la hora. A poco más de las nueve ya estaban dando caña, pero en fin; centrémonos en el concierto en sí:



Después de escuchar la mítica “For those about to rock… We salute you” de AC/DC por los altavoces de la sala, se apagaron las luces y dio comienzo una pequeña intro que sirvió para que los músicos aparecieran en escena salvo Andi Deris. Terminada ésta, Sascha dio los primeros acordes del cañonazo que abre su último álbum: “The king for a 1000 years. Empezar con ese trallazo de canción daba a suponer que la noche iba a ser grande… El sonido al comienzo dejaba un poco que desear, acoplándose los instrumentos y haciendo que sonaran cómo lata, pero se subsanó instantes después, justo cuando salió Deris cantando las primeras estrofas “Wouldn't it be nice, to plunder with your eyes…” Se notaba que había un pequeño sector que no había escuchado todavía su último trabajo, pero la sala coreó y cantó el tema cómo uno de los míticos de la banda, porque se quiera o no, es un clásico ya. Sascha y Weikath geniales a las guitarras, aunque éste último tendría algún que otro desvarío más adelante…



Terminado el tema, que acabó de manera soberbia con toda la sala cantando a dúo con Deris, dan paso a un clásico cómo “Eagle fly free”. Muy bien ejecutado, sobretodo por Sascha y su batería Dani Loeble, un gran fichaje por parte de la banda. Andi Deris se supera a cada concierto que da, pues clavó el tema en la medida de lo posible, mejorando mucho actuaciones pasadas, pero muchísimo.



Con Deris recordándonos (en perfecto castellano) que el siguiente tema era obra del veterano bajista Markus Grosskopf, comenzaron a sonar los acordes de “Hell was made in heaven” de su trabajo “Rabbit don’t come easy”. Aquí sí que se notó que la gente o bien no la conocía o bien le gustaba bien poco. Personalmente habría escogido otra canción del Rabbit, pero eso no quiere decir que la canción fuese mala. Una vez más me sorprendió su guitarrista Sascha Gerstner, la auténtica “revolución” que ha sufrido Helloween.



Poca gente esperaba que Andi Deris diera paso al, quizá, uno de los dos temas más míticos de la historia de la banda: “Keeper of the seven keys”. Qué contar acerca de éste tema… Fue uno de los más coreados de la noche, dónde la gente se entregó a conciencia para cantar junto a Deris. Él mismo decía al final del tema: “Ni os imagináis cómo se os oye desde aquí, es acojonante”. Dani Loeble demostraba canción a canción que es un batería cómo pocos, un gran descubrimiento, pero en ésta canción se salió, clavando todos los arreglos de la misma y añadiendo algunos que dejaron a parte del personal sorprendidos. Mención especial para Sascha, que prácticamente y salvo pocas ocasiones, es el guitarra solista de la banda, y así lo demostró clavando cada solo. Temazo mítico que emocionó a más de uno.



Con la gente todavía aplaudiendo, Sascha toma de nuevo la guitarra acústica con la que abrió “The king for a 1000 years” y da los primeros acordes de “A tale that wasn't right”. Esta canción no se la esperaba nadie, y por ello la sorpresa fue mayúscula. Quizá la balada más mítica de la banda, muy emotiva.



Al terminar se dio paso a un solo de batería de Dani, acompañado por Markus a su lado con una mini batería. Sorprendió este hecho, tomado en clave de humor, con Markus aporreando la pequeña batería, cayéndose el charles cada vez que lo tocaba. Después dejó a Dani sólo en el escenario realizando un pequeño solo de batería, muy técnico pero algo repetitivo.



El solo se unió con los primeros toques de batería de “Occasion Avenue”, el primer tema que abre el segundo CD de su último trabajo. A pesar de la duración del tema, de más de diez minutos y con partes excesivamente lentas, fue toda una sorpresa. Mucha gente se la vio apagada con este tema, aunque para un servidor es de sus preferidas del último disco, donde me dejé la
garganta especialmente en el estribillo. Tema muy currado y bastante bueno, espero que en un futuro sigan tocándolo en directo. Deris sobresaliente a la voz y Weikath, en un estado “extraño”, cayéndosele las púas según tocaba. Pasó como unas tres veces en la canción. A partir de aquí fue un poco la tónica de Weiki, que sin desmerecer el resto de su actuación, se le vio que no “estaba” como en otras ocasiones.



Otra que no se esperaba el respetable era “Mr. Torture” de su álbum “The dark ride”. Brutal Dani a la batería emulando al maestro Uli Kusch (Tema que el ex-batería compuso). De nuevo Sascha se salió en el pequeño solo de la canción. A título personal, creo que Sascha es el guitarrista que le faltaba a Helloween, pero también creo que no está a la altura de la rapidez de Roland Grapow en lo que a solos se refiere. Tema corto y potente, muy rápido, una elección perfecta sin duda.



El piano de “If i could fly” comenzó a sonar y la gente gritaba. Es una de las canciones (junto con Mr. Torture y la propia The dark ride) del disco ”The dark ride” que quedaron más en la memoria de la gente. Genial Deris una vez más. El tema fue algo más corto que de costumbre, pues en el último estribillo de la canción la cortaron, posiblemente para no hacerla repetitiva, pero se quedó un sabor agridulce en el ambiente.



Era el turno de que Sascha Gertsner se quedara sólo en el escenario para dar un solo de guitarra. Comenzó bien y de pronto apareció Dani con una Mini-guitarra con sonidos pregrabados. Hicieron un pequeño pique entre ambos bastante gracioso hasta que Dani dejó el escenario para dejar a Sascha sólo mostrando sus habilidades con la guitarra. Ciertamente, dejó destellos de calidad del gran guitarrista que es. El solo estuvo acompañado por varios y pequeños fragmentos que él mismo ejecutaba en el disco “Majesty and Passion”, del virtuoso guitarrista de Rage, Victor Smolski. Un guiño que se agradeció bastante por los que somos fans de la obra del guitarrista ruso. Al terminar, Sascha se acercó a un micro y chapurreó un poco de castellano con frases tipo: “¿Os gusta otra song?” o “¿I love España?”. Se agradeció el detalle, más que nada porque el público estuvo totalmente entregado desde el primer momento. Algo pasa con el público de Madrid que los músicos verdaderamente se emocionan cada vez que vienen a tocar.



Era el turno de “Power”, de su álbum ”Time of the oath”. Personalmente es un tema que no me da mucho de sí, aunque parece encandilar a las masas. Un estribillo pegadizo, un Deris la mar de simpático (cómo en todo el concierto) y un Weikath perdiendo púas mientras tocaba fueron las tónicas más destacables de este tema, que la gente coreó cómo pocas en la noche.



Finalizando los últimos acordes de “Power”, apenas tuvimos descanso cuando comenzó a sonar “Future World”. La gente tiene especial feeling con éste tema, y así se hizo notar cuando en ningún momento dejaron de cantar la canción, incluso coreando los solos de guitarra. A mitad de la canción pensamos que harían algo tipo Hansen, un baile o similar, pero sirvió para dar paso a la presentación de la banda, donde una vez más, Andi Deris demostró que tiene sentido del humor para parar un tanque. Cuando presentó a todos, sus palabras textuales fueron: “Bueno… queda por presentar a un maricón, así que dejaré que Markus me presente. Maricón… o mariposa, ambas me sirven”. Nótese el sentido del humor de Andi, un tío con tanto sentido del humor cómo de respeto, genial.




“Futute World” se hizo bastante corto, a pesar que lo alargaron un poco con los típicos coros que suele hacer Deris, invitando a cantar al público. Presentando a Sascha cómo autor del siguiente tema, Markus dio paso a “Invisible man”. Francamente, para mí fue una decepción ver cómo prácticamente nadie se sabía esta canción, dejándonos a unas veinte personas y a un servidor cómo los únicos que nos la sabíamos y la cantábamos. Una de las mejores canciones de su último trabajo, una pena por lo dicho, aunque sonó francamente bien.



Era el momento para uno de los bises; la sala comenzó a entonar el mítico “Happy happy Helloween, oh, oh, oooh…” hasta que, impaciente, comenzó a silbar para que salieran de nuevo los músicos. No tardaron mucho en salir y dieron paso a una de las canciones más pegadizas de su último trabajo: “Mrs God”. Debió pasar algo porque no sonó muy bien, aunque más que nada se vio una indiferencia muy palpable por parte de Weiki en esta canción. A pesar de ello, la gente sí que conocía la canción del Single de adelanto.



Llegó el momento para la canción más “sentida” de la noche, “I want out”. Bastaría decir que, al igual que ocurrió con “Future World”, se cantó hasta la extenuación prácticamente acorde por acorde mas toda la letra. Al igual que me pasa con “Power” pero en menor medida, creo que ésta canción está un poco “quemada”. Es un himno de la banda, sí, pero no creo que haya canción de Helloween más versionada ni tocada por todo el mundo. Llegó a aburrirme un poco, pero claro, esto es sólo opinión personal.



Los músicos se retiraron para dar paso al último bis; a la derecha del escenario, una calabaza gigante comenzó a inflarse, lástima que no pudiera verse bien desde la posición en la que me encontraba, y lástima que solo la mostraran para la última canción de la noche: después de terminar el breve bis, los músicos volvieron al escenario para dar paso “Dr. Stein”, tema con el que cerraron la noche de manera espectacular, aunque eché de menos el característico teclado en mitad de la canción. Deris se tomó la libertad de cantar en un tono más alto del habitual la canción y eso se agradeció bastante.



Los músicos, después de agradecer al público su entrega, saludaron al respetable y le obsequiaron con baquetas, parches, frisbies y púas. La sala, completamente llena, despidió a la banda cómo se merecía, pues Helloween dejó la noche del 16 de diciembre uno de los mejores conciertos que un servidor recuerda. Esperemos que pronto regresen a tierras madrileñas o a algún festival para que su “Keeper of the seven keys – The legacy World tour” siga descargando esa magia que descargó en la sala Divino Aqualung de Madrid. Cómo se dijo aquella noche repetidas veces: “Pumpkin rules”.







Critica y Fotos: WEIKIE

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