Era una noche cálida la del tres de abril pasado, la luna tímida sólo dejaba ver alguna de sus tantas caras, pero aún así, la ciudad se sentía diferente, como inundada por una oscuridad noble y magnética. Esta sensación no era casualidad, por fin después de siete largos años Within Temptation estaba en México, la magia estaba por comenzar. El lugar donde nos llamaba "La Reyna de Hielo" era El circo volador, si éste fue apropiado o no, es preciso no juzgarlo aquí.


La presencia de una banda con más de diez años de trayectoria y con la encantadora Sharon Den Adel al frente lo abarcaba todo. Una vez más, la energía del metal junto al preciosismo de una voz reafirmaban que la belleza está llena de matices, y que cada uno de los asistentes éramos capaces de merecerla. Ya dentro del foro, la emoción no cabía en cada alma, como dije antes la espera había sido larga y la impaciencia estrujaba a todos.






El momento llegó, la Intro impactó nuestras entrañas, los gritos reventaban tímpanos, pero no importaba ,Sharon estaba en escena regalándonos Jillian, para luego saludarnos con un tierno "Hola México, ¿cómo están?" La velada continuaba canción tras canción, llegaba Frozen, Hand of Sorrow, Angels... el ambiente parecía que iba cada vez más en ascenso, el aire se hacía escaso, el sudor bañaba los rostros y el paroxismo total nos consumía. Mientras, nuestra musa recorría todo el escenario inyectando vitalidad a cada uno, alzando las manos, aplaudiendo o simplemente dejando todo en el headbanging. En tanto, Ruud nos veía incrédulo, no cabe duda de que los músicos nunca dejan de aprender. Es verdad, las miradas femeninas y masculinas fueron casi siempre hacia Sharon, ella como "frontwoman" lo sabe y además lo ejerce de manera única; los demás miembros aceptan ese liderazgo ejecutando sus instrumentos de manera virtuosa sin celos, como alguien pudiese pensar. Finalmente, después de una clásica salida y vuelta, el grupo interpretó Ice Queen, tema en el que más de uno sintió elevar su espíritu a otro nivel, fuera de ese espacio, donde convergen fantasía y realidad.




Quizás faltó una mejor organización, digo, no hay que olvidar que esta banda toca en lugares de primer orden, pero eso se torna irrelevante cuando notamos la sencillez de cada uno de sus miembros, ya quisiera tener algo de esto cualquier banda gringa renombrada, la que me digan, es igual.




Quizás faltó tiempo, faltaron canciones, como Pale por ejemplo, pero cómo olvidar la profesionalidad de este grupo, ¡casi suenan igual en vivo que en estudio! Eso no es fácil de hacer.









La velada terminó, y estoy seguro que muchos salimos (los que sólo tuvimos plata para el primer concierto en el DF) nostálgicos, esperando tal vez, que México quede agendado en la próxima gira de estos extraordinarios holandeses.




Crónica por: Ricardo Torres Migue

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