Llego el 29 de noviembre tal día resulta ser la fecha elegida por Opeth, Cynic y The Ocean para visitar Bilbao. En las entradas ponía que la apertura de puertas era a las ocho de la tarde así que sobre las siete y media ya había cola para entrar al Antzoki. Para nuestra sorpresa y la de todo aquel que llevaba tiempo esperando, en el cartel de la entrada ponía que la apertura de la sala seria a las nueve, pero las puertas no se abrieron hasta las nueve y media, todo un fastidio para los fans que llevaban esperando desde mucho antes de la primera hora indicada. La sala estaba llena hasta los topes pese a que ese mismo día tocaban diferentes bandas muy populares a su vez en Bilbao, como son Warcry, Skizzo y Monster Magnet.







Nada más entrar empezó a sonar la primera canción del grupo alemán The Ocean. Los primeros temas causaron sensación entre el público pero tras el paso del tiempo ya todo sonaba muy parecido e incluso repetitivo. Por culpa del retraso sufrido en la apertura de puestas la banda no pudo tocar todo el repertorio de temas que tenían preparadas.








Tras un breve descanso era el momento de Cynic, grupo dedicado al metal progresivo y que gusto bastante más que la primera banda. Algunos de los temas que sonaron fueron Nunc Fluens, The Space For This, Evolutionary Sleeper, Celestial Voyage, Adam's Murmur y finalmente Integral Birth. A modo de curiosidad, durante la prueba de sonido sonó el sampler del principio de How Could I pero que finalmente no fue interpretado, nos imaginamos que por problemas de tiempo.








Finalmente tras quitar los enseres de Cynic y hacer las necesarias pruebas de sonido se apagaron las luces (ya eran las once y veinte de la noche) y empezó a sonar Hier Apparent (primera canción de su último trabajo Watershed) con la que dejaron muy alto el pabellón a pesar de que al principio el sonido estaba un poco alto. La puesta en escena fue inmejorable y quedándose todos los asistentes con la boca abierta al ver que los sonidos guturales salían por la boca de Mikael Åkerfeldt sin el menor esfuerzo. Los suecos prosiguieron con (tema que pertenece a su disco Ghost Reveries)









Tras el éxito de estas dos primeras canciones sonó Godhead's Lament del álbum Still Life. Retomaron el concierto con Lotus Eate r perteneciente a su último trabajo y que fue uno de los temas más movidos de la noche. Una vez pasados los casi nueve minutos de canción, Mikael Åkerfeldt dio las gracias por la asistencia, hizo algún comentario e intento que su compañero al bajo Martin Mendez hablase un poco con el público quedándose finalmente solamente en eso, en un intento.









El show continúo con dos temas importantes: , una de las baladas más bonitas que tiene Opeth, y Deliverance, que da el nombre a otro disco importante de la formación sueca. Después de 13 minutos intensos de canción amenazan con la última canción Demon of the Fall del trabajo lanzado en 1997, My Arms Your Hearse.

El público pedía más canciones por lo que volvieron a salir con Drapery Falls que aparece en el , no sin antes volver a agradecer el apoyo y la asistencia al concierto y presentar finalmente a toda la formación.








Pese a ser solo ocho temas el concierto se prolongo durante una hora y media donde parecía que la música salía de ellos como por arte de magia puesto que no les suponía ningún esfuerzo tocarla a las mil maravillas. En general el concierto gusto mucho pese a dejarse unos cuantos temas que la gente echo de menos.



Crónica y fotos: Nerea Mancebo Monje

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