MASTERPLAN – Circle II Circle – Rob Rock – Pure Inc. (Sala AZKENA, Vitoria, 2-4-2005)
Unos días después de haber dado la bienvenida a la nueva estación, ésta nos regalaba una tarde-noche de temperatura propicia para ir a ver lo que era una gira bastante esperada por estos lares que traía consigo a la escisión más famosa de Helloween junto a otras tres formaciones bastante dispares que harían de esta una noche inolvidable.
La asistencia de público fue un punto a celebrar, puesto que tuvieron incluso que habilitar el segundo piso de la sala por la demanda de entradas. Desconozco si colgaron el cartel de “No hay entradas”, pero desde luego lejos no se quedaron.
Alrededor de las siete y cuarto abrieron las puertas a los seguidores más impacientes y a todos aquellos que no deseaban perderse la descarga de los Suizos Pure Inc. Desde luego eran la banda del cartel que más se alejaba del ambiente general, pero su sonido moderno con ramalazos y sobre todo actitud hard-rockera hizo que nos lo pasáramos de lo lindo los escasos 30 minutos que estuvieron en escena. La gente todavía no conocía sus canciones pero muchos, entre ellos servidor, se quedaron con títulos como “Fear my eyes” de su primer álbum homónimo que se irá haciendo más y más imprescindible según la banda se vaya haciendo un nombre con conciertos como este. Final, cambio de instrumentos y flyers y demás publicidad del grupo para todos por cortesía del guitarrista de la banda. Cumplieron su labor de teloneros a la perfección. Habrá que estar atentos al grupo.
Un cambio de instrumentos rápido propicio que la descarga de Rob Rock pudiese dar comienzo a eso de las ocho y cuarto. El legendario cantante venía a presentar su nuevo álbum, que para la fecha aún no había saldio al mercado: “Holy Hell”. Desde el público se podían oír diversas críticas a la organización por haber colocado en esa posición del cartel a un cantante con tanta historia (recordemos que entre otros ha cantado con Axel Rudi Pell o Impelliteri) y sumando ya tres discos en solitario. Cabe mencionar que era la primera vez que visitaba este país. Y desde luego cosechó un gran éxito, la mayoría de los allí presentes elevaron a este genial cantante como triunfador de la noche, siempre detrás de Masterplan claro. En mi humilde opinión fue un buen concierto de un gran cantante con una actitud y entrega loables, pero que en el plano musical flojea un poco. Y no es que su música sea mala, en absoluto, lo reprochable es que es excesivamente lineal y predecible, no aporta nada al trillado género del metal ochentero con estribillos melódicos. Por supuesto, contentará a cualquier seguidor del género pero para triunfar de verdad hace falta poner cartas sobre la mesa. Aún así cuajó un entretenido concierto y triunfó ante el gran público, que al fin y al cabo es de lo que se trata, ¿o no? El tema más desconocido de los que interpretó fue “Warrior” de su época con Impellitrelli. Como curiosidad mencionar que el cantante salió a escena con una carpeta en las que llevaba escritas las letras de las canciones y que depositó en el suelo a su vera durante todo el concierto.
Y con la banda de Zak Stevens continuaba la jornada, la banda que más polémica causó. ¿Por qué? Por un concierto lamentable. Una hora de insufrible sopor en la que más de uno y de dos decidieron que la barra sería su mejor aliado ante un actitud muy yankee y una música que hacía devaneos con el metal contemporáneo más en boga últimamente, y que por lo que se vio esa noche, pierde toda credibilidad y pasión en un escenario. El señor Zak, cantante de aquel recordado “Edge of thorns” de Savatage, posee una voz genial, muy reconocible y fácil de escuchar, y a su vez los componentes de Circle II Circle tienen un nivel musical envidiable. Pero en conjunto se caen con todo el equipo. Pretensiones todas las del mundo, pero caen en el error de crear riffs monótonos y sin ningún tipo de gancho que hacen de sus canciones un compendio de “quiero y no puedo”s. Únicamente captaron al atención del personal con el tema homónimo del disco en el que cantó Zak junto a Savatage. Lo demás se puede pasar por alto. Nadie puede decir que este grupo encierra el espíritu de Savatage, puesto que lo de esta noche fue para olvidar. Esperemos que enderecen con el próximo lp.
A las diez y veinte, por fin, hacían acto de presencia el grupo esperado por todos, más aún después de aquel genial “Masterplan”, y su continuación, “Aeronautics”, de los que desgarraron la mayoría de temas. La descarga comenzó como era previsible con “Crimson rider” de su último disco, la cual enlazaron con el tema “Cristal nights” haciendo moverse al público desde el primer instante. Comentar que tenían puestas un par de hélices dentro de las cajas de dos amplificadores logrando así un “efecto avión” bastante simpático. Saludos y agradecimientos al público para dar paso “Wounds” y “King hearted light” que volvió a levantar a la sala. Es de destacar que las canciones que más mueven al público son las del primer disco. El grupo lo sabe, y por eso da total prioridad a los temas más antiguos, sin dejar de lado los más representativos de este “Aeronautics”. Bromas y cachondeo con la gente durante toda la descarga por aprte de toda la banda, que se muestra muy hermanada, detalle de agradecer que dota a las canciones de mucho más sentimiento y compenetración. No hay protagonistas, todos tienen su momento. El bajista (que volvió a sacar para un par de temas su famoso bajo-raspa de pez) incluso se aventuró a darnos las gracias en euskera. En los minutos de Roland Grapowéste interactuó con el público junto a una divertida melodía que dio pasó al inició de “Future world” que no interpretaron, dejándonos a todos con la miel en los labios. Eso si, al final acabaron todos interpretando una versión del inspector Gadget bastante cachonda. Y a lo tonto a lo tonto nos plantamos en el final del concierto con temas destacados como “Heroes” (en la que Grapow hizo las veces de Kiske), “Enlighten me”, “Love is a rock” o “Soulburn”, dejando para el final los últimos cartuchos “Spirit never dies”, “Back for my life” y “Crawling from hell”. Como conclusión sólo cabe decir que son en verdad una gran banda que divierten y se divierten en un escenario, con grandes temas, mucha calidad como músicos y mucho que ofrecer como se pudo ver en la vitoriana sala Azkena.
Haciendo balance del paso de esta gira por la capital Alavesa, debemos de agradecer a los promotores que por fin nos brindaran la oportunidad de asistir a un concierto con varios grupos a un precio asequible (20 €) y esperar que otros organizadores de eventos siguen la estela de Taperock. Entretenida noche en general excepto salvedades como las de Circle II Circle que no consiguieron empañar la buena actuación ofrecida por los cabezas de cartel, así como el resto de teloneros.
Iván
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