BULLROCK FESTIVAL 05
Antes de que cayese la noche, ya se empezaban a juntar los primeros heavys a la puerta del colegio Eulalia Álvarez Lorenzo de Langreo, que por esa noche iba a transformar su patio de recreo en el escenario del BullRock Festival 2005.
Las puertas se abrieron con un retraso de media hora más o menos, y también hubo que esperar para ver empezar al primer grupo de la noche, Sex Museum. La gente aprovechó la espera para cambiar dinero por “bonos”, ya que en barra no se podía pagar con dinero sino con los vales aquellos. Un sistema bastante engorroso que te hacía dar un tremendo rodeo a la hora de ir a pillar bebida, y que me temo que les sale poco rentable. Muchas veces te aguantabas las ganas de beber por no dar el paseíto.
Desde nuestra primera fila pudimos ver al grupo al que le tocó abrir la velada, y con los que se hizo de noche. Son un buen grupo, pero no consiguieron animar demasiado a la gente (salvo a algunos fans que fueron a verles exclusivamente a ellos). La mayoría prefería guardar fuerzas para los dos grupos que nos habían llevado hasta allí: Angra y Warcry.
A lo largo del concierto de Sex Museum se fue llenando el recinto, aunque no fue el concierto con más gente que ví en Asturias. Langreo no es un lugar céntrico, y a no ser que tengas coche, volver de madrugada resulta o imposible, o caro. Hay que esperar al primer tren. Probablemente eso echó atrás a muchas personas.
Así, mientras algunos cenaban con su bocadillo y su cerveza, fue descargando su repertorio Sex Museum, que gozaron de un sonido muy bueno (aunque quizás un pelín alto). Pese a que el cantante no paró de moverse y de animar, quizás las funciones de frontman las lleva el guitarrista del grupo, que entre canción y canción nos intentaba hacer mover.
Mientras esperábamos a Angra, la mayoría de la gente se sentó en el suelo. Quedaba aún mucha noche por delante, y ahora sí que tocaba saltar y dejarse la voz apoyando al grupo fuerte de la noche.
Finalmente saltaron al escenario a demostrar quienes eran los grandes del cartel, y lo dejaron bien claro aún sin haber estado al 100%. Les faltó quizás un poco más de juego con el público, aunque también hay que tener en cuenta que jugaban con el idioma en contra (aún así, Falaschi nos dedicó algunas palabras en castellano). Entre otras, tocaron temas como “Spread your fire", "Angels and demons", "Waiting silence", "Temple of hate", "Wind of destination", "Acid rain", "Angels cry", "Millenium sun", "Nothing to say" “Carry On”, y “Rebirth”.
La anécdota de la noche vino de mano del batería del grupo, Priester, que además de tener cierto problemilla con su instrumento (desde donde yo estaba no lo pude ver, pero al parecer se le vino alguna pieza al suelo. Los técnicos se pasaron el resto del concierto ajustando la batería), cumplía años. Así que, mientras el público le coreaba un “cumpleaños feliz”, sus compañeros de Angra le regalaron una tarta… y se la tiraron encima. Por supuesto cobró venganza, y así terminaron los seis llenos de merengue. Incluso uno de ellos patinó con la tarta que había en el suelo.
Pese a la calidad de algunos grupos nacionales, es difícil no quedarse boquiabierto al tener delante a un grupo de la talla de estos brasileños.
Sería difícil destacar a alguno de ellos, a la salida del concierto oí opiniones de todos los gustos. La única unánime es que Angra no tienen el reconocimiento que se merecen. Me parece (y no soy la única) una vergüenza que viniendo a Asturias un grupo de su talla fuese tan poca gente. Luego nos quejamos de que no vienen grupos…
Por fin, y tras otro descanso a modo de sentada en el patio, Warcry salieron a escena. Tenían en contra el tocar justo después de Angra, pero como siempre los asturianos supieron demostrar que tienen al público de su parte.
Se vio una mayor entrega que con Angra, y eso que con ellos el público se portó genial, pero siempre ayuda el poder cantar las canciones. La gran mayoría de la gente que estaba para Angra se quedó para ver a sus paisanos, dato bastante significativo contando que llevábamos desde las 21.00 en aquel lugar, y ya eran las 2.00 de la mañana.
Por su parte, el grupo gozó de un sonido muy bueno, tal vez el mejor de las veces que les he ido a ver, y Víctor no dejó de moverse y animar. Tampoco Pablo, a quien teníamos justo en frente, ni Roberto estuvieron quietos ni un segundo, haciendo guiños al público y Pablo todo el rato moviendo la melena.
Para mí fue un concierto de notable alto, pero es que tenían en contra al pedazo de grupo anterior. Consiguieron que el público no dejase de cantar una sola estrofa, saltando (y algunos molestando con el pogo, que sigo diciendo que si les gusta genial, pero que lo hagan donde no le claven codazos ni casi tiren al suelo a gente que ni les conoce, ni tiene por qué aguantarles. Que a un concierto se va a disfrutar, pero también a dejar disfrutar al de al lado. Y ante el argumento de “sabes lo que hay cuando vienes a un concierto de heavy metal”, sólo digo que afortunadamente la mayoría de peña amante de esta música que conozco es lo suficientemente educada como para respetar al de al lado, y que quien utiliza esas palabras en defensa propia me parece, sencillamente y con todos mis respetos, un egoísta).
El set list de Warcry fue el siguiente:
Nuevo Mundo
El anticristo
El regreso
Aire
Perdido
Hijo de la Ira
Contra el viento
Luz del norte
En un lugar sin Dios
Dispuesto a Combatir
Tu ausencia
Alejandro
El amor de una madre
Espíritu de amor
El último
Tú mismo
Capitan Lawrence
Guardian de Troya
Nana
Hoy gano yo
TEXTO:
“VANA”
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