Tras llegar al Madrid de los Austrias donde la estructura de las calles no ha cambiado al menos durante un siglo, cruzar en coche la ciudad desde su extremo Este, y aparcar – ya de por sí una aventura- , nos presentamos en la sala donde estábamos citados los amantes del buen metal gótico. Nada mas llegar, sabiendo que se nos hizo un poco tarde, no pudimos disfrutar del primer grupo que tocaba en la sala, Antalgia, y el siguiente grupo ya estaba tocando, Elyose. Es muy complicado, viviendo a cientos de Kilómetros, abarcar todo a tiempo, pero la devoción y las ganas de ver a Therion eran de mucho peso...del suficiente como para moverse lo que sea necesario.



El recital de Elyose fué bueno, el sonido era bastante nítido, y la voz de la cantante era muy limpia y te enganchaba a seguir los fantásticos ritmos con los que nos regalaron. Suficiente para una banda telonera, cumpliendo su función de pre-entretenimiento. Entre cada canción, su vocalista, siempre simpática y entregada con el público, hablaba en español, notándose su esfuerzo por agradar, y lo consiguió.



Después del buen hacer de Elyose, dispusimos de unos minutos para ir al rincón del merchandising de Therion, y cuál no fue mi sorpresa de encontrar al líder y guitarrista de Therion, Christofer Johnsson, cenando en un rincón de la mesa donde estaban las mercancías. Siempre dispuesto, la gente pudo disfrutar de su compañía haciéndose fotos con el, charlando, y pidiendo que les firmasen su nuevo disco, exclusivo para la gira, Les Fleurs Du Mal, una buena muestra de que Therion son capaces de sorprender a pesar de su extensísima discografía.



Tras hacernos con una copia del citado álbum, todos comenzamos a acudir cerca del escenario, el silencio que hay siempre antes de toda tormenta se palpaba en el ambiente, es cuando todos recibimos la silente pero a la vez atronadora llamada, el gran momento se acercaba... y al final, la bestia (Therion) despertó.

Llegaron inminentemente, las luces empezaron a crear un ambiente completamente ajeno a toda realidad. Una de las dos cantantes, Lori, empezó a hablar con un español más que aceptable, dándonos la bienvenida, agradeciendo nuestra presencia allí y comentando que tocarán canciones clasicas del grupo y además muchas canciones de su último disco, su español era tan bueno que se le perdonó cuando se vio obligada a preguntar al guitarra, Christian Vidal, cómo se decía en español disco. Y allí empezó todo.



El atuendo de los componentes era de lo más variado, aunque cabe destacar el uniforme azulón de oficial con unas gafas en la gorra de estilo steampunk del cantante, Thomas Vikström; los ropajes al más puro estilo de las élites sociales inglesas de la Inglaterra Isabelina, con sombrero de copa y reloj de bolsillo con su cadena de Christofer Johnsson; y el del teclista que parecía un predicador colonial de los primeros europeos en pisar EEUU buscando su tierra prometida; pero a la vez, ninguno desentonaba. Sorprendido por la primera canción, que no relacionaba con ningún disco anterior de la banda, Poupée de cire, poupée the son de su último trabajo, mis sentidos se dispararon, el sonido era impecable, y la música entró en mí como un tsunami se sensaciones, mundos y dimensiones desconocidas. Todos los componentes del grupo en poco tiempo se hicieron con todos los presentes, su simpatía y buen hacer nos cautivó a todos. Después vino Son of The Sun y hasta mi piel reaccionó poniéndo mis pelos de punta, erizando el pelo de mi cuello mientras la energía del auténtico metal gótico me corría libremente por la espina dorsal hasta mis extremidades.



El concierto fué realmente increíble, la calidad como profesionales y personas de toda la banda hizo las delicias del personal. El cantante, Thomas, dió un recital de voz cambiando de registro desde el típico grito agudo al más puro estilo de Halford, hasta un registro grave de barítono sin perder ni un ápice de calidad; y también ofreciéndonos las dulces mieles de la melodia de su flauta travesera; animando a todos los presentes a seguir sus coros al más puro estilo de una ópera rock, y alli nos vimos todos los presentes dejándonos la voz en cada coro, como los extras de una macro ópera. Las cantantes siempre simpáticas, lanzando incluso besos al público, y mostrando todo su encando cantando sin ningún problema tanto en inglés como en francés.



Las guitarras dieron una auténtica sinfonía pasando de un estilo de metal puro y duro hasta las melodías de música clásica con la que nos deleitaron a los presentes. El bajo y la batería siguiendo perfectamente los tempos tan variados y sobre todo la batería, sin desentonar ni en las canciones de ópera rock que interpretaron. Los teclados fueron impecables, pasando con toda maestría por los más variados y complejos registros a los que Therion nos tiene acostumbrados.



No faltó ninguno de sus clásicos que tantas veces y durante tanto tiempo me han acompañado en los últimos 25 años de mi vida, desde que les sigo, que es prácticamente desde sus comienzos. Abraxas, Vanaheim, Lemuria, Gothic Kabbalah, The Siren of the Woods, Ginnungagap, Land of Canaan, Wine of Aluqah, The Rise of Sodom and Gomorrah, The Blood of Kingu (que siempre ha sido una de mis favoritas)...no faltó ni un sólo tema clásico!!!. Fué un verdadero repaso a toda su carrera, pero como no podría ser de otro modo, dada la calidad de su última críatura, nos deleitaron a todos con canciones del último álbum (todas ellas versiones de temas populares franceses), como J'ai le Mal de Toi, o Une Fleur Dans le Cœur, increíble canción acompañada con guitarra acústica, en la que Therion desplegaron un potencial increíble como músicos, arrancando una ovación de todos los allí presentes.

Las luces cambiaban el entorno de una forma tan alucinante, a veces todo era rojo como los màs profundos rincones del abismo, otras veces azulados, en un par de ocasiones me daba la sensación de estar en una macabra catedral gótica y participando en un oscuro ritual; acorde con la mùsica que sonaba en ese momento, como las luces rojizas en Rise of Sodom and Gomorrah.



En dos ocasiones la banda hizo amago de irse, pero luego volvía ante nuestra llamada, y es que siempre queda bonito hacerse rogar antes de los bises; y en dos ocasiones también, Christofer nos dió dos pequeñas charlas, la primera haciendo un rápido y difícil resumen de lo que ha sido Therion en estos 25 años, y la segunda su triste experiencia con las discográficas, obligándole a cometer “la locura” de producir, editar y comercializar su último álbum por su cuenta y riesgo; siendo desde mi humilde y personal punto de vista, algo digno de respeto y un acto muy valiente, donde Christofer ha sido completamente fiel a sí mismo, lo que a veces exige una gran dosis de valor.



Un detalle que me impactó, algo que no me había ocurrido nunca en la vida en un concierto de música metal; durante la mayoría de las canciones y excepto cuando los cantantes nos animaban a seguirles con los coros (incluso Thomas Vikström nos alabó diciendo que fuimos un “grande coro”) todos los presentes nos manteníamos en silencio, en un magnífico trance de una gran interpretación y una genial música, sólo rompíamos el silencio con nuestros vítores entre canción y canción. Incluso no faltó el humor en una pequeña anécdota de un imprevisto que no estaba registrado en ninguna parte, cuando Christian Vidal, el guitarrista, se vio un par de minutos indispuesto, pues tenía que usar el "toilet"...todos somos humanos, y esta fué una buena prueba de ello. En definitiva, entramos en una maravillosa simbiosis con los intérpretes y la música, un recital de rock como pocos.



¿Cuánto tiempo estuvimos allí? Mi reloj me dijo que alrededor de tres horas, y mis sentidos una extraña mezcla de un instante y eternidad; aún a día de hoy dudo si estuve en dimensiones donde incluso la muerte puede morir, hasta que la bestia nos liberó después de interpretar su canción más identitaria, su imno, To Megatherion.Un auténtico placer para los sentidos, inolvidable.



Crónica: Juan Carlos Martínez
Fotografías: José Rojo (Por razones ajenas a Metalzone, no hay galería fotográfica de este evento. Tan sólo las que de un modo amateur pudimos hacer)

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