MICHAEL SCHENKER FEST - LA RIVIERA (MADRID 28/10/2018)
Hay conciertos en los que a la hora de realizar la crónica, es mejor tomar algo de distancia y reflexionar sobre si las sensaciones que has tenido han sido fruto de la emoción, o si realmente ha sido tan espectacular como tu mente lo recuerda. Y en el caso del show que ofrecieron Michael Schenker Fest en Madrid, puedo asegurar que la sensaciones, sentimientos y emociones causadas en mi son totalmente reales. Vimos un concierto único, para el recuerdo, pero ahora hablaremos detenidamente de él...un evento que no todo el mundo tenía como cita obligada, y que para servidor era incluso más importante que algunos de esos conciertos que muchos consideraban históricos e imperdibles (sin citar nombres). Las visitas de Schenker a nuestro país, cada vez son más regulares, pero no junto con el elenco que nos vendía en esta ocasión, que resultaba ser un sueño hecho realidad para cualquiera que tenga al alemán como referente.
Cuando llegué al recinto de La Riviera, ahí estaban los británicos Absolva en escena, una banda que no dominaba mucho ni conocía, y de la que sólo había tenido ocasión de escuchar uno de sus trabajos. El corazón de la formación es, sin duda, el dúo de hermanos Chris y Luke Appleton, el primero encargándose de las voces y guitarra, y el segundo, que ya es conocido por todos por ser parte de la banda de Jon Schaffer, Iced Earth, además de Karl Schramm al bajo y Martin McNee a la batería, que por otro lado, son los acompañantes de Blaze Bayley en directo. Y no me queda otra sino felicitar a la banda por su gigantesco espectáculo en vivo, pues venían a presentarnos su nuevo trabajo, Defiance, y lo hicieron por todo lo alto, gozando de un sonido increíble, y un Chris que lo da absolutamente todo en vivo, mostrando un dominio absoluto de su Gibson y su voz...realmente impresionante la energía que imprime este hombre a su labor, que además, es un complemento perfecto para su hermano Luke, quienes además son unos auténticos hachas doblando guitarras y ensamblando sus dos instrumentos comos si de uno sólo se tratase. El caso es que la banda, no sólo fue solvente al 200%, sino que además su frontman interactuó continuamente con el público en canciones como "Rise Again" (de su último disco), "Live For Fight" o "Code Red", una de las que más disfruté a título personal sin ser un conocedor nato de la banda. El caso es que aún con la sala a medio gas y con la difícil tarea de abrir para tal personalidad, Absolva supieron ofrecer un espectáculo cargado de fuerza y buen hacer, creando un quid pro quo con el público, que en gran parte supo valorar el esfuerzo por ofrecer algo especial.
Pero el plato fuerte cayó a eso de las 20:00 h, diría que en punto, y con un telón de fondo representativo de Resurrection (uno de los mejores discos de la última hornada del prolífico alemán), ahí salía Michael sonriente, parlanchín, y comenzando el show cantando él mismo "Holiday", coreada ya, desde el minuto uno, a pleno pulmón por una sala que ya estaba plagada de almas sedientas de historia viva del rock. Cuando salió la superformación a escena, conformada por Steve Mann, un feliz Chris Glen y Ted McKenna (¿de veras tengo que explicar quienes son?), Schenker ya se había metido al público en el bolsillo...aunque lo haría simplemente con dirigir una sonrisa a este, pero él prefirió empezar la fiesta fuerte con "Doctor, Doctor", en la que salieron a escena McAuley, Bonnet y Barden, a falta de Doogie White, que realmente, no es el invitado, sino el vocalista que acompaña al guitarrista en sus últimas andaduras. La versión del clásico dejó ardiendo La Riviera y empezó, bajo un juego de luces abrumador, el fest que acompaña al nombre, siendo el primero en salir a hacer su set un Doogie pletórico, ataviado con vestimentas muy clásicas y con una cuidada imagen diría yo, para ofrecer un recital de escándalo con “Vigilante Man” de Temple of Rock, “Lord of The Lost and Lonely” del enorme Bridge The Gap, “Take Me to The Church” del último disco, que realmente me pareció de sentar cátedra, así como “Before the Devil Knows You’re Dead” y el clásico de UFO, “Natural Thing”. La banda sonaba de auténtico lujo, Schenker, con su chaleco adornado con los logos de sus bandas, sonriendo en todo momento y tocando cada parte de sus composiciones con un mimo bestial, y el resto de la banda gozando en escena, en especial un Chris Glen simpático e inconmensurable en su labor al bajo. Por cierto, en "Captain Nemo" usó un curioso recurso de directo con unas gafas de láser, cuyo rayo de luz cubría la totalidad de la sala, y que dio un toque de humor al tema, que de por sí, disfrutamos como enanos. Schenker hizo gala de su enorme precisión, dejándonos a todos con la boca abierta con su pulida técnica y sus coreables solos de guitarra.
Graham Bonnet hacía acto de presencia, con su eterna elegancia, para dejarnos un recital lleno de fuerza, saber estar, personalidad, y, curiosamente, estando muy a la altura de su leyenda, pues bien es sabido que Bonnet sufre en escena para llegar a ciertas notas, que, por cierto, esta noche no se le resistieron demasiado en sus apariciones, y cantó a pleno pulmón canciones como “Dancer”, “Searching for a Reason”, la enorme y clásica “Desert Song”, y una de las que más me gustó de su repertorio, que no es otra que “Night Moods” de Resurrection, un candidato a clásico desde ya mismo, que condujo Bonnet hacia “Assault Attack”, dejándonos una lección magistral de movimientos, poses y de cómo rockear con elegancia a su ya avanzada edad. Sublime y sorprendente.

Llegó uno de los momentos más ansiados por servidor, totalmente infaltable..."Coast To Coast" es un instrumental tan sencillo como efectivo y emotivo. Uno de los mejores de la historia, que sólo un genio como Michael podría componer, y que esta noche sonó inconmensurable, preciso...y precioso, para dar cabida a la parte más "triste" de la fiesta, pues cuando Gary John Barden salió a escena, la emoción era unánime hasta que abrió la boca, y pudimos escuchar que su ya limitado chorro de voz está muy apagado (contando con que siempre ha tenido personalidad, pero sus cuerdas nunca han sido privilegiadas, siendo de esos vocalistas que transmiten con su presencia y timbre personal), en temas tan míticos como “Ready to Rock", “Attack Of the Mad Axeman” o “Rock My Nights Aways”, por nombrar los clásicos que sonaron de lujo instrumentalmente, pero que el bueno de Gary, a pesar de su incansable buena actitud en escena, no terminó de sacar adelante. Cuando llegó a "Messin Around" de Resurrection, apenas se podía escuchar al Barden de antaño, que terminó sentenciando con "Armed and Ready", en el que se dejó el alma, pero que demostró que su voz vive sus últimos coletazos antes de terminar de desquebrajarse. Una lástima que desluciese así su aparición, aunque hay que decir que no fue fruto de desgana, sino de desgaste del tiempo y de sus cuerdas vocales. El sabor agridulce, enseguida se disipó con la descomunal “Warrior”, con cada uno de los vocalistas interpretando sus frases, y dotando de épica al estribillo puño en alto, dejándonos un momento inolvidable grabado en la retina, que se coronó en un “Into the Arena” de interpretación impoluta y cargado de feeling.
Sin embargo, lo de Robin McAuley, un tío con 65 años a sus espaldas, no tiene nombre. No sólo gozamos de una imagen cuidada al máximo, sino que pudimos ver a un Robin sobrado en todos los aspectos. Derrocha simpatía, su sonrisa siempre está presente, y su voz es de otro mundo. Y eso explica el por qué Schenker dejó que la M de MSG fuese para él. IMPRESIONANTE (si no lo pongo en mayúsculas, exploto) su actuación, que desde que empezó “Bad Boys” fue de diez. Al igual que los clásicos de UFO que se marcó, como “Shoot Shoot” , dando además cabida a “Heart and Soul”, otro trallazo de Resurrection, que supo a gloria, pero igualmente nos encandilaron “Only You Can Rock Me” o “To Hot to Handle” también de UFO, extañando algunos clasicazos de su etapa junto al germano, maravillosa por cierto, con discazos de la talla de Perfect Timing o Save Yourself. No todo se puede pedir. Un sobresaliente alto para un Robin que parece de otra galaxia, lejana además.
Tras un pequeño descanso, y con todos los hachas en escena, no faltaron “Rock Bottom” y “Lights Out” ante la ovación de un público entusiasmado, feliz y satisfecho de haber presenciado un evento que pocas veces se repetirá, y que ya está entre los candidatos a ser uno de los conciertos más potentes, emotivos y especiales del año, con un setlist sin fisuras, una banda dándolo todo (con la única sombra del estado vocal de Barden), y un Schenker inmejorable. Imborrable recuerdo el que nos dejó la noche del 28 de Octubre.

José Rojo
Agradecimiento especial para CJRockenfield y Felipe de Esto Es Rock! por las fotografías.
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