NIGHTWISH - WIZINK CENTER (MADRID 30/11/18)
Si hace quince años me dices que Nightwish podrían llegar a gustarme con otra vocalista igual que con Tarja, probablemente me hubiese reído ipsofacto sin dar lugar a debate. Pero llegó el momento de poder presenciar un show de la banda finlandesa en recinto cerrado con Floor (hasta ahora, muy a mi pesar, no lo había hecho), y la sensaciones no pueden ser mejores, al menos, en el concierto que pude presenciar en el Wizink Center madrileño. Pero ahora relataré la vivencia, justo después de hablar de la gran actuación que también ofrecieron los invitados especiales Beast In Black, que con un escenario recortado (como es entendible) y un público todavía reducido, un telón con la portada de su debut Berserker, y un par imágenes más con la misma ilustración a los laterales, nos dejaron un vendaval de energía, buen sonido y potencia, que desde luego, levantó el ánimo a todos los que allí esperaban a la banda protagonista, al son de un power metal con elementos modernos, incluso pop en algunos tramos, bases de sintentizador, coros pregrabados (un aspecto mejorable, por poner un "pero"), y ante todo un vocalista, Yannis Papadopoulos, que fue la sorpresa de la noche...¡qué voz!. Corriendo, saltando, animando y haciendo gala de uno de los mejores registros que he presenciado en los últimos tiempo sobre las tablas. Por otro lado, el "chaval" no anda mal acompañado, pues Anton Kabanen (ex-Battle Beast) y Kasperi Heikkinen (ex-UDO), crean un dueto de guitarras a tener en cuenta, no digamos Sami Hänninen, un batería que además de ir sobrado con su instrumento, crea espectáculo con sus baquetas...¡el show estaba servido en bandeja de plata, y ya creo si lo disfrutamos!.
Aunque la banda venía a presentarnos su debut, Berserker (editado el año pasado), también hicieron la correspondiente publicidad de From Hell With Love (aunque sin representación en forma de adelantos), que se editará el próximo mes de Febrero a través de Nuclear Blast. La propia "Beast In Black" nos dejó a todos con la boca abierta, con algunas tonalidades por parte de Yannis, que en parte recordaban a Ralf Scheppers, pero con una personalidad arrolladora y muchísima potencia. Impresionados nos dejó desde el minuto uno el frontman, quien para "Eternal Fire" ya se había metido al público en el bolsillo, y tenía al personal pendiente, sobre todo, de su torrente de voz. Curiosas las bases disparadas, y los sintetizadores, que si los escuchásemos sin metalizar, nos sonrojarían, pero que en el entorno Beast In Black suenan sensacionales. Temas como "Blood of a Lion" o "The Fifth Angel", fueron cantados por algunas cuantas almas de las primeras filas que ya habían saboreado Berserker. Curiosa combinación de elementos que no disgustaron a nadie, y que dieron lugar al divertimento. "Born Again", "Ghost in the Rain" o "Crazy, Mad, Insane", también de su debut, fueron hilos conductores de un buen rollo, movimiento y ganas de divertirse, que enseguida se contagió al público, a pesar de que la propuesta podría parecer un tanto descabellada descrita en un texto. Para terminar el "aperitivo" disfrutamos de "Blind and Frozen", en la que la voz de Yannis impresiona en las primeras frases, y que fue una de las que más gustó, rozando un buen nivel musical y explotando las emociones en el estribillo, mientras que "End of the World" nos dejó con más ganas de la bestia oscura, dejándonos un enorme subidón, y consiguiendo que en ningún momento deseásemos que acabase su concierto para que comenzasen los cabezas de cartel. Rozando el sobresaliente Beast In Black.
Poco tuvimos que esperar para que las luces volviesen a apagarse y, con una pantalla que cubría todo el escenario (incluida tarima de la batería, lo que crearía un efecto curioso, pareciendo estar suspendida en el aire esta en varios temas), un bonito video, con una altísima resolución (los detalles otorgan la calidad), la cuenta atrás encogió el corazón de los asistentes, y cuando llegando al final, parecía que todo iba a estallar en mil pedazos con algún trallazo de apertura, cual fue nuestra sorpresa cuando el mago musical que es Troy Donockley, sorprendía en el lateral derecho para que "Swanheart" de Oceanborn nos cautivase a todos, con un nivel musical apabullante por parte de Troy y un sonido no del todo nítido, pero más que notable. Y sin dar lugar a las partes vocales del tema, "Dark Chest Of Wonders", rodeado de fogonazos, daba pistoletazo al espectáculo. Los videos que se iban sucediendo en pantalla, haciendo referencia a cada canción, eran en muchos casos más que entretenidos de ver, como el caso de la apertura de Once. Y ahí estaba la banda al completo dándolo todo, presididos (lo siento, Thuomas...), por una Floor Jansen pletórica, algo hortera vistiendo (todo sea dicho), y con una voz llegando al infinito en su registro. Por el momento, ya me habían convencido más que en su venida con Tarja en la gira de Once...¿seguiríamos alucinando?...¡pues claro!, ¿como no lo íbamos a hacer con la icónica "Wish I Had an Angel"?. Público volcado, banda mejorando sonido a pasos de gigante y ambientazo para un momento como este, además con un Marco volviéndonos a impresionar a todos con su magnífica voz, siendo uno de los mejores puntos del show...sus apoyos vocales, siempre presentes e imprescindibles para el sonido Nightwish. Ya podíamos respirar, pues venían a pesentar Decades, y efectivamente harían un repaso a toda su carrera, para tranquilidad de los nostálgicos. En "10th Man Down" ya estaba todo más que calibrado, y había quien ya había entrado en éxtasis, por espectáculo, set y sonido...brillante a muchos niveles el evento que estábamos presenciando. "Come Cover Me" nos llevó hacia Wishmaster, uno de los mejores discos de la carrera de la banda, por el que los fans sienten mucha admiración. Precioso, por cierto, el video que acompañó al tema, que desembocó en la bestial "Gethsemane", clasicazo de Oceanborn en el que me llamó la atención la modificación del puente, sustituyendo la melodía de teclado por notas celtas por parte de Troy. Sensacional momento, sin duda. Y para ir bajando revoluciones tras el apabullante inicio, "Élan" fue la siguiente en sonar, delicada y por supuesto, perfectamente cantada por Floor, quien, si se amolda a los temas que no cantó ella originalmente...imaginaos en una composición creada para ella. Mágico.
No sorprende que en la carrera de Nightwish no haya fuertes contrastes en canciones con casi una veintena de años de diferencia, pues "Sacrament of Wilderness", sonó casi clavada a su versión de From Wishes To Eternity. La versión instrumental de "Elvenjing", preciosa, dió paso a "Elvenpath", tema con el que empezó la historia de la banda, abriendo Angels Fall First, saltando de un extremo a otro, y con una formación sonando a todo gas (impresionante el trabajo de Holopainen, Marco y Emppu en todo el show) hacia Imaginaerum, con "I Want My Tears Back" y "Last Ride of the Day", infinitamente mejor interpretadas por Floor que por Anette Olzon, siendo realistas. Los temas adquieren otra dimensión y es un placer escucharlos de mano de la holandesa, quien estuvo en otro nivel durante todo el show. Echamos la vista atrás con "The Carpenter", en la que la voz de Troy hizo aparición para sorpresa de todos, a dueto con la de Floor, en un momento de relax antes de "The Kinslayer"; que, envuelta en fuego y con una fuerza innata, que ya desprende de por sí el tema, se convirtió en uno de los momentos de la noche. "Devil & The Deep Dark Ocean" y la preciosa "Nemo" iban anunciándo que el mismo contador del inicio, haría gala para marcar el final del show, pero esta vez, en vez de estar presente frente a nosotros, los haría en nuestro reloj mental. El colofón que despediría la noche estuvo compuesto por "Slaying the Dreamer", la larga e impontente "The Greatest Show on Earth", y para terminar, esa joya del metal sinfónico contemporáneo que es "Ghost Love Score", en la que Floor bordó cada nota, y en la que a muchos se nos pone la piel de gallina sólo de recordar como sonó, con un sentimiento y feeling abrumador, cañones de confeti rociando nuestras cabezas con tiras rojas, y una vela central que decía adiós a un Madrid emocionado.
Concierto irrepetible de Nightwish, que esta vez ofrecieron un espectáculo musical al alcance de muy pocos, e impregnándonos de su magia musical a todos los asistentes. Un cuento de hadas con sonido metálico. Y es que en pocas ocasiones teloneros y banda headliner nos hacen vivir tres horas tan bien aprovechadas como las del pasado 30 de Noviembre.
Inolvidable.
José Rojo
Fotografías: Felipe (Esto es Rock!) y José Rojo
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