Continuamos con la tercera de las entregas de nuestro especial dedicado a Iron Maiden. Nuestro amigo y compañero de prensa, Josean Zombie (Zombie War Management), analiza punto por punto cual fue la clave del éxito de The Number of the Beast, el disco más nombrado e influyende de la historia de la doncella. Entra y lee...
Continuamos con la tercera de las entregas de nuestro especial dedicado a Iron Maiden. Nuestro amigo y compañero de prensa, Josean Zombie (Zombie War Management), analiza punto por punto cual fue la clave del éxito de The Number of the Beast, el disco más nombrado e influyende de la historia de la doncella. Sigue leyendo:
¿Cómo enfocar el análisis de un álbum intemporal, perfecto, icónico y brutal como fue este álbum, el inconmensurable “The Number Of The Beast”… vamos al lio.
A nadie le pasa por alto que uno de los momentos que mas nos motiva a la gente del rock y del metal, es oír los primeros pasajes de la biblia que abren este tema mítico como es “The Number Of The Beast”, y recitados por Barry Clayton emulando a Vincent Price, y que nos hacen caer en el espasmódico headbanging.
“Woe to you, oh, earth and sea
For the devil sends the beast with wrath
Because he knows the time is short
Let him who hath understanding reckon
The number of the beast for it is a human number
Its number is six hundred and sixty six”
(aparte de oír a Wiston Churchil en el Aces High).
Paradójico cuanto menos, ¿no crees?
Pongámonos en contexto: año 1982, plena eclosión del heavy metal en el mundo, para mi este álbum fue un epítome de la música metal, y de la música en general, por muchos motivos. Fue el primer álbum plenamente Maiden, (y de facto para mí Maiden realmente nacieron con este álbum, a pesar de los dos fantásticos trabajos previos con Di’Anno en las partes liricas). Este es el trabajo que asentó definitivamente el sonido Maiden, el primer trabajo con el mejor vocalista del metal de todos los tiempos, la figura del ex Samson, el ínclito Bruce Dickinson; que junto al “dream team” de las agrupaciones Maiden, y timoneados por el productor Martin Riggs, daría como resultado el álbum referente de todos los tiempos para el heavy metal.
Un álbum perfecto, sin atisbo de relleno en los 9 temas que el grupo mimó, o mas bien el señor Harris, mimó hasta la saciedad, tanto en lo musical, variando el tono punk que aún persistía en los primeros álbumes, como en lo lirico, tomando referencias de temas variopintos, series, historia e incluso varios filmes entre otros para conformar cada tema, desde La Profecía para el “Number”, pasando por la masacre de los nativos americanos que nos narra la inmensa “Run To The Hills”.
También, y aunque no sea del todo lejano hoy día, este es un disco polémico. Su temática “satánica”(??) fue un acicate para ciertas organizaciones pacatas religiosas, sobre todo allá en los USA, que consideraban al disco, y por ende al grupo, como satánicos. Sin entrar a evaluar que es por todos conocido que el grupo no profesa este tipo de fe, sí qué es cierto que esa imagen, ese aura y esa parte rebelde que el grupo incidió con las portadas previas del ”Purgatory” en el Killers, y ya en este trabajo el “Number”, o el propio “Run to The Hills”, junto a sus letras, fue un plus para llegar a una juventud rebelde y con ganas de cambios de una anquilosada sociedad, y la polémica no le vino nada mal al grupo, todo hay que decirlo. También hay, incluso, quien habla de situaciones extrañas o esotéricas en la grabación del disco, cosa que el grupo nunca ha afirmado, pero tampoco desmentido.
A nadie le escapa, sin embargo, que este álbum fue el pistoletazo de salida para la época gloriosa del metal, las giras épicas, la parafernalia metalera, con las fantásticas portadas del ilustrador Derek Riggs, que conformó para todos y cada uno de los singles que lanzo el grupo con este trabajo. Todos los heavys que de una forma u otra hemos vivido esta eclosión en los ochenta de la NWOBHM (algunos de forma mas tangencial) te pueden recitar todos los cortes de este trabajo, y que ha formado a legiones de fans de esta música.
Ya en el primer corte como es “Invaders” fue algo que la gente no había oído hasta este momento, un corte adictivo, melódico pero duro a su vez, timoneado por la espectacular voz de Dickinson, y siempre modelado por el bajo infinito de Harris, un tema que rompería esquemas y firmaría el comienzo de una obra maestra. Seguiríamos con la armonía fantástica de “Children Of The Damned”, un tema que su parte lirica representa perfectamente la dureza de su contenido, y que para mi en su desarrollo hacia un clímax final en allegro sostenido, presenta la perfecta comunión del metal cabalgante y de su visión mas operística. En “The Prisioner” ya nos encontraríamos esa entrada mefistofélica y aterradora, netamente infinita y atmosférica, para un tema que es puro metal, nunca más rock firmando un tema eterno como el sólo. Igualmente todos los presentes conocemos la entrada cadenciada entre la guitarra de y la voz de Dickinson en la inmortal “22 Acacia Avenue”. ¿Qué mas añadir a lo ya dicho del HIMNO en mayúsculas que es el propio “The Number Of The Beast”… lo tiene todo, sonido, actitud, épica, historia, irreverencia y la constatación de un sonido del que ya todos bebimos desde aquel entonces.
Gracias Sir Harris por este regalo a la humanidad, sacado de tus propias pesadillas. Otro himno totémico y adictivo lo tenemos en la no menos mítica “Run To The Hills”, un hit single mundial, cabalgante y que volvió a sentar catedra en cómo hay que hacer un tema adictivo de puro heavy metal, y que a día de hoy, suena tan vigente como por aquel entonces. Para mi gusto este corte personal como es “Gangland”, tuvo la mala suerte de ir detrás de un himno como el anterior. Sin embargo este corte labrado y lleno de fuerza merece el reconocimiento que debe, y su dureza, junto a su tempo afilado es todo un guiño a referencias mas aceleradas y duras que vendrían en el futuro por partes de otros grupos, solo que este tema es del año 82. El siguiente corte es, para mi gusto, probablemente el más flojo del álbum, si es que un corte como “Total Eclipse” (no incluído en la edición original, ni en la actual reedición por parte de Parlophone) se puede considerar flojo dentro del álbum, pero es un tema atípico, fuera de la parte mas cabalgante y compleja que el grupo ha engalanado hasta ahora, pero no deja de ser un soplo refrescante dentro del álbum gracias a su sencillo estribillo y una elegancia propia, y amén a un trabajo soberbio de Dickinson en la lírica. Y cerramos la leyenda, cerramos el icono por excelencia con “Hallowed Be Thy Name”, hipnótica, de nuevo épica, con el sonido que haría grande al grupo por todos los tiempos, con un aura excepcional y llena de misticismo, estando el grupo en un constante estado de gracia, vuelven a conformar uno de los mejores temas de todos los tiempos, este inenarrable corte que ha formado a legiones de “metalheads”.
Nada más que añadir señorías, esto ha sido mi homenaje a un álbum intemporal que siempre gana adeptos y nunca envejece.
JOSEAN ZOMBIE (Zombie War Management)
Durante los próximos meses y en orden de salida, seguiremos aumentando la información del especial conforme vaya reeditándose el material, para que no perdáis detalle.
1ª tanda - 16 de Noviembre
Iron Maiden / Killers / The Number Of The Beast / Piece Of Mind
2ª tanda - Febrero de 2019
Powerslave / Somewhere In Time (standard/collectors) / Seventh Son Of A Seventh Son / No Prayer For The Dying
3ª tanda - Abril de 2019
Fear Of The Dark (standard/collectors) / The X Factor / Virtual XI / Brave New World
4ª tanda - Junio de 2019
Dance Of Death / A Matter Of Life And Death (standard/collectors) / The Final Frontier / The Book Of Souls