VHÄLDEMAR - STRAIGHT TO HELL

Artista: Vhäldemar
Álbum: Straight to Hell
Sello: Fighter Records

Me resulta de extrema facilidad analizar un trabajo de Vhäldemar, porque, cuando después de más de 20 años, se han convertido en un valor seguro, se produce esa sensación de crearte una expectativas altísimas a cada lanzamiento, que si bien se cumplieron en discos como I Made My Own Hell o el anterior Against All Kings con creces, se superan, y por mucho, en un Straight To Hell que demuestra que en España tenemos a una de las mejores bandas de heavy metal de la actualidad, sin referirme únicamente a las patrias. Es hora de que la comunidad se mentalice de la magnitud, calidad y grandeza de la banda, porque muy en serio creo, que de haber aparecido en aquella gloriosa época en la que Stratovarius, Manowar, Blind Guardian, Gamma Ray o Hammerfall eran portada de las más prestigiosas revistas dedicadas al Metal, estaríamos hablando de uno de los referentes europeos del género. Pero, dado que estamos en una actualidad en la que ya nadie conseguirá ese nivel de popularidad e influencia mediática, en gran parte por el escaso interés de la industria en la propia música, y en especial, en el artista, me complace afirmar en un medio como Metalzone, que para mi Vhäldemar, es, ha sido y será una banda de primerísima fila, y ocupan un lugar importante en la estantería al lado de grandes nombres. Y Straight To Hell ha venido para corroborarlo...una vez más.

No hay duda de que el producto de Vhäldemar cada vez está más cuidado y medido a nivel visual, pues la llamativa portada del álbum es una de las que captan la atención de la retina enseguida. Es decir, que en aquella época en la que comprábamos un lp por su portada, ¡Straight To Hell hubiese sido candidato seguro!. Aunque, a decir verdad, todos sus álbumes rozan un nivel alto en el aspecto visual, aunque lo importante es que desde su debut Fight to the End, el aspecto visual ha seguido el mismo camino que el musical, pues hablamos de producciones pulidísimas, nivel instrumental sobrado y canciones de gran magnetismo para cualquier seguidor del género. Pues ese inicio, podría pertenecer a un álbum de Exodus, hasta que entra la guitarra solista de Pedro J. Monje (quién además se encarga de la producción), y ya te hace presentir que vas a pasártelo en grande escuchando el sexto álbum de los vascos. Estribillo épico, solos “made in Tipton”, pequeño puente en el que Carlos Escudero hace recordar a los mejores tiempos de Manowar...esto huele a metal fundido, al rojo vivo, plagado de técnica, una producción sólida como ella sola, y una banda al 100% de sus posibilidades. Lo coteja ”My Spirit”, cuyo riff inicial ya pone de manifiesto la intención del resto de la canción, que aunque no hace uso de las estructuras clásicas con doble bombo al borde del colapso, no deja de ser una poderosísima pieza con un enorme estribillo en el que Carlos escupe cada verso, y en el que cada nota que sale de los dedos de Pedro, es oro puro, melodioso y con un gran gusto compositivo.

”Afterlife”, aunque guiñando el ojo a ”Howling at the Moon” en su inicio, adquiere otra dimensión a través de los exquisitos teclados, estructuras semi-progresivas del riff inicial, y un estribillo que podrían haber facturado Gamma Ray en su etapa más exitosa. ”Straight to Hell” sin embargo, aún pareciendo de factura más sencilla, está plagada de detalles que miran de frente a los Judas Priest más agresivos en cuanto a los arreglos, y que sirve para levantar el puño en alto al son del estribillo. Hay mucho de los Vhäldemar de siempre en temas como ”Damnation's Here”, y por lo que sea, siempre me viene a la cabeza aquel No World Order! de Gamma Ray, uno de mis discos favoritos de la banda alemana, que me entran ganas de escuchar, dándole a Vhäldemar. Sensaciones que deja la música a cada persona...ya sabéis.

No falta el descanso a modo de medio tiempo en un ”Fear” muy europeo, cargado de feeling y una base rítmica, que es lo que más me ha gustado del corte, sencillo pero pegadizo y necesario para dar dinamismo a la escucha, o ”Hell Is On Fire”, que será, compositivamente hablando, de lo más discreto del álbum, reservándose de cara al final la heavy ”Black Bamba”, de la que destaco un solo ante el que el propio Mustaine se plantearía fichar a un monstruo de las seis cuerdas como Pedro. Impresionante a todos los niveles el trabajo de guitarra amigos, que no desmerece ante la apisonadora batería que se mantiene en toda la escucha.

”When It's All Over” nos muestra a unos Vhäldemar más versátiles creando melodías, en otro medio tiempo en el que luce un Carlos moviéndose como pez en el agua en las diferentes texturas que requiere la canción, mientras que el final lo defiende un clásico entre sus lanzamientos, que es la sexta parte de ”Old King's Visions”, una auténtica orgia metálica de riffs, solos y grandes voces metálicas marca de la casa.

Que no me extiendo mucho más, porque ya lo he explicado en el primer párrafo. Uno de los discos del año, de una de las bandas más grandes que ha parido el norte de España...y Europa. Para paladares exquisitos en materia.

José Rojo

Agregado: November 12th 2020
Moderador: joserojo
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