Artista: Mark Kelly
Álbum: Mark Kelly's Marathon
Sello: earMUSIC
Desde muy jóven me ha llamado la atención cualquier movimiento, como banda o de sus miembros en solitario, de Marillion, disfrutando tanto de su etapa más gloriosa en mi opinión (conformada por álbumes de la talla deMisplaced Childhood, o el grandioso directo Real to Reel, que lleva conmigo más de media vida, y en los que todavía estaba Fish), como de la conformada por álbumes en los que Steve Hogarth, de un modo u otro, se había hecho con parte del control del timón de la formación. Marbles, Brave o Hapiness is the Road son un buen ejemplo de lo que "sus" Marillion pueden dar de si tras su entrada, aunque todo sea dicho, no sea una era tan redonda como la que se dio entre 1979 y 1988. Pero hay miembros al margen de Hogarth o Steve Rothery, que tienen mucho que decir al mundo con su música, como ha demostrado Mark Kelly, su teclista, en su nueva aventura llamada Mark Kellys's Marathon, en la que explora los mismos terrenos que en su banda madre sin salirse de los estándares que caracterizan a los álbumes que graba junto a sus viejos compañeros, patentando, o corroborando, que el sonido de Marillion también tiene la identidad del bueno de Mark, porque su nuevo trabajo, totalmente gestado durante el confinamiento, tiene el sello inconfundible de la legendaria banda. Tanto, que incluso en la convención de fans Marillion Couch, presentó "Amelia" como adelanto de su álbum, cosechando un éxito rotundo entre los fans más acérrimos de Marillion, y es que, después del maravilloso With Friends From the Orchestra, había hambre de cortes de estudio de nueva factura, ya fuese de la banda principal, o del propio Mark, ya que Hogarth o Rothery no han decidido grabar durante la pandemia. Y os puedo decir que estamos de enhorabuena tras el lanzamiento de Mark Kelly's Marathon, ya que, además de incluir los elementos progresivos típicos del género, centra el álbum en la canción, la voz, y sobre todo, en cautivar a través de melodías y pasajes tan densos como disfrutables.
Lo que más sorprende, además de esa producción excelsa lograda en los estudios de Peter Gabriel, es la versatilidad y fluidez con la que se mueve Mark a través de los diferentes cortes, que, acompañados de amigos y familiares que cumplen su cometido en la grabación, nos dejan la sensación de estar ante una gran obra, repleta de matices y momentos embriagadores para cualquier fan del progresivo, no solo de corte moderno, sino con muchos guiños a los Marillion más primigenios, como es el caso del sintetizador protagonista del segundo tramo de "Amelia", cuyo nombre se ha quedado grabado en la memoria de los fans que esperan esa vuelta a los viejos tiempos pre-Hoghart, que jamás volverán, todo sea dicho (y asimilado). Bravo por Mark, quien navega por mares que incluso invitan a la oscuridad como en el teclado inicial de "When I Fell" que torna en algo menos atemorizante segundos después, en un corte semi-pop, muy chill, y nada empalagoso/pomposo, mientras que en composiciones como "This Time" se muestra ese lado menos enrevesado de Mark, quien casi podría componer líneas vocales y estructuras para unos Depeche Mode menos dotados de electrónica. Brillante por momentos y previsible en otros, creo que el equilibrio que hay que en el álbum, hace que el invento funcione, y lo convierta, ipso facto, en una de esas escuchas obligadas si eres amante del maravilloso mundo del prog-rock de gran calidad, y es que cortes como "Puppets", con Steve Rothery como invitado, nada tiene que envidiar a cualquier pieza de los últimos álbumes de Marillion, insistiendo quien escribe en que quizás más mano de Kelly en términos creativos, serviría para dotar a los nuevos discos de los británicos de otro color y brillo que siempre ha estado ahí, pero que nunca ha lucido con la intensidad que debe, o al menos, así me queda claro después de escuchar este intenso, emocionante y genial debut.
Si llegas a "2051", siendo la canción final (que al igual que "Amelia" está dividido en varios "episodios"), y la trama más larga del álbum, es que has conseguido conectar con el maratón que nos propone Mark Kelly igual que yo, y seguro que en una segunda vuelta, todavía encontrarás más carne que cortar. Pero por el momento, creo que el el disco merece toda tu atención, la de todos los fans de Marillion y los del rock progresivo hecho con sensibilidad compositiva y unos cuantos años de experiencia a las espaldas.
José Rojo